
En los primeros 10 años de existencia del Tribunal Constitucional Cataluña casi lo colapsó. El Gobierno de Pujol solía recurrir la mayoría de leyes, reglamentos y órdenes del Gobierno Central por considerar que vulneraba las competencias catalanas. Ello desmiente la presunta moderación y lealtad de Jordi Pujol al Estado.
En el mismo período el resto de las Comunidades Autónomas presentaron entre 0 y 5 recursos. La Generalidad casi 150. Lo recurrían absolutamente todo, incluso las cosas más absurdas como las ayudas al tratamiento de los pinos y una multitud de cosas nimias. El Estado se vio obligado muchas veces a presentar recursos ante las leyes frecuentemente inconstitucionales de Pujol como cuando intentó en diciembre de 1980 apropiarse por decreto de las diputaciones provinciales catalanas.
Después de ella el gobierno vasco y Galicia fueron las que más presentaron, aunque a cierta distancia del número de los recursos catalanes. Además entre los conflictos de competencias entre el Estado y la Generalidad de los que el TC dictó sentencia en ese período la mayoría de ellas fueron a favor de la Generalidad, total o parcialmente 68. El Estado obtuvo a su vez 62 “victorias”. Ello desmiente el discurso victimista habitual de los separatistas catalanes según el cual el TC es un ogro anticatalanista y centralista.
Estos datos vienen en la obra exhaustiva “Conflictos Constitucionales de las Comunidades Autónomas” que detalla todo esto en 4 volúmenes.
Categorías:POLÍTICA
Una manera como cualquier otra para salir en las noticias de la televisión en cada hogar del país como ALGUIEN (Pujol) QUE DEFIENDE CATALUÑA CON HECHOS, NO PALABRAS. Y todo gratis. (lo paga la Generalitat )
Un ejemplo de perfecta propaganda política.
(que encima aparece como «objetiva», y por tanto es más creible)
10 años de presencia constante sobran para engañar al personal.
Pujol es muy astuto; pero como pasa con los astutos, no es inteligente.
Las triquiñuelas son eso, triquiñuelas.
Al final, lo que cuentan son los resultados.
Arruinar Cataluña y llevarla a un callejón sin salida -y nadie sabe como va a terminar la historia, salvo que no va a haber secesión- no son precisamente los resultados que un patriota debería tener en la cabeza.
Claro, que eso le ha servido para que absolutamente nadie se enfrente con él; robar a los catalanes los miles de millones robados -y frotárselos por el morro con los Ferraries del hereu; y poder exigir desde Barcelona que el inquilino de la Moncloa baile al son que marque su repugnante personalidad.
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