El articulista de La Vanguardia, Antoni Puigverd, considera que “Torra no puede pedir per dón ni arrepentirse de unas ideas que conforman la espina dorsal de su visión. Por si fuera poco, en el artículo en que habla de ‘bestias’, se inspira –¡literalmente!– en el mecanismo que, según Primo Levi, permitía a los nazis actuar como lo hicieron: bestializando a los judíos”.
“No, no creo que Torra sea nazi, pero sí un esencialista herderiano que tiene miedo. Miedo a la desaparición de su identidad. Ahora bien: aquel artículo es tan obsceno que le impide presidir dignamente la Generalitat, aunque sea de manera vicaria o, como él dice, ‘custodia'”, añade.
“Ni los adversarios más conspicuos del independentismo esperaban un regalo de este calibre: un presidente que confirma –¡por escrito!– el peor de los prejuicios con que el nacionalismo español describe el catalán. Que Torra se vea obligado a pedir perdón significa que es consciente de que sus ideas no son compartidas por el grueso del independentismo. Pero, estratégicamente, el error es monumental. Un tiro en el propio pie. En Madrid no se han creído el regalo hasta que lo han leído en la prensa europea: la revolución de las sonrisas escondía un huevo de serpiente”, concluye.
El Gobierno del Estado Español ha actuado en complicidad con los golpistas y éstos se han ido creciendo ante la cobardía del Gobierno de M.R.Buey.