
Con el título de En las horas confusas, Fernando Valls y Taberner uno de los prohombres de la Lliga, identificado con la ilusa burguesía antes de la Guerra Civil, recogía una serie de artículos que delataban su desengaño con el catalanismo. Ello acontecía en 1934 y era toda una premonición de la frustración del proyecto de las fuerzas catalanistas que ellas habían creado; pero que en plena república descubrían perplejos cómo se había transformado en un artefacto dominado por la izquierda y dirigido contra sus intereses económicos y políticos.
En uno de los artículos que componían esta singular obra, titulado Revisionismo, Valls se preguntaba si el catalanismo no era en realidad una perturbación de la conciencia colectiva catalana. En otro sorprendente artículo, con el título de El catalanismo de Aribau, avisaba que no podía confundirse un sano sentimiento catalanista con el deseo de la autonomía política o una “obcecación secesionista”. Y sorprendente, frente al independentismo proponía como única solución oponer: “el catalanismo, el españolismo y el catolicismo”.
Valls se preguntaba si el catalanismo no era en realidad una perturbación de la conciencia colectiva catalana
Valls y Taberner no fue sino uno más de tantos prohombres de la Lliga, desde buena parte de sus fundadores hasta el mismísimo Cambó, que ante la hecatombe de Guerra Civil no dudaron en renegar de su catalanismo ante el terror de la experiencia de una Revolución en Cataluña encabezada por Companys y sus aliados anarquistas. Por ello no dudaron en lanzarse a los brazos de Franco e incluso financiarle con todos los medios posibles. Si hay un dato innegable históricamente es que la inmensa mayoría de la burguesía catalanista, acabada la guerra, había abjurado explícitamente del catalanismo y no precisamente por miedo al bando nacional. SEGUIR LEYENDO ….
Pues cuando volvemos a los mismos errores una y otra vez, con exactamente los mismos resultados, será por algo, ¿no?
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