No se que tienen las flores llorona/ las flores del campo santo./ No se que tienen las flores llorona/ las flores del campo santo.

Que cuando las mueve el viento llorona,/ parece que están llorando. /Que cuando las mueve el viento llorona, /parece que están llorando.

Llorona. Chavela Vargas

El primer traidor a la España de nuestros días, mal llamada constitucionalista, fue un Rey Perjuro, hoy Emérito. En fila india y de la mano, le siguieron los culos sucios de los Pujol-Ferrusola, los carniceros “demócratas” abertzales, los charnanacionalistas como Rufián o los hijos de franquistas, como Puigdemont, que no dudaron en esconder la camisa azul de sus abuelos por un sueldo vitalicio en la Dinamarca del Mediterráneo ¿O era Suiza? Fueron culos sucios también, no hay que olvidarlo, todos aquellos que por tocar bodeguilla, blanquearon a los odiadores de la Patria Común, mientras repartían sobres bajo mano en el nombre de España o distraían el dinero de los desempleados en putas y cocaína.

De odiar a España viven y reviven los que han investido a Pedro Sánchez en un empalagoso banquete nupcial progre con botox presidencial y lágrimas de cocodrilo chavista. Por parte del novio, asistieron a la ceremonia la bancada de los barones mudos, sordos y amnésicos del PSOE-RE que saben que para seguir saliendo en la foto, bien vale a tiempo un ¡Marlaska el último! Por parte de la novia, la cuadrilla de listillos y gorrones antisistema habituales, a sueldo de una Monarquía Parlamentaria que les agasaja con privilegios y paga con puntualidad exquisita. Cerrando tan putrefacta comparsa, se añadieron con desgana calculada los gorrones centenarios, los separatistas, que siempre tienen a mano una oración por los criminales, sediciosos y malversadores presos del pueblo de Poldavia, Tomania o Narnia, intentando mantener así, tan divinamente, sus impunidades supremacistas por los siglos de los siglos. Todos ellos, como no, bien pagados con el esfuerzo de millones de españoles que desprecian sin disimulo, por maquetos o por bestias con forma humana.

No ha faltado la lustrosa Ada Colau, la Reinona del Petardeo y el progresismo posmoderno, que se hacia querer por la prensa canallesca a primera hora de la mañana a las puertas del Congreso para deleite de la Sexta y los contertulios antifascistas de canapé flexivegano y LGTB. Esa gélida mañana recogía también las ganancias de apostar por el caballo Iglesias frente al potrillo Errejón, que si bien corría sin dopaje ni casoplón, esas cosas para la historia final nunca cuentan. También se dejó caer J.C. Monedero, padre putativo de la novia podemita, reconvertido en tertuliano de cabecera para ganarse unos eurillos a ratos muertos arrancados del tedio revolucionario en ebullición perpetuo. Enchufado en el gallinero del hemiciclo, en más de una ocasión habrá pensado aquello que mi abuela decía cuando metía en algún berenjenal: «Tan lista para las carreras y tan tonta para los recados». Entiéndase esto último de los recados, el pago inexcusable a Hacienda. Que somos todos.

SANDRA VENTURA

Categorías:Opinión