Todo empezó con Junqueras, llorando porque no le dejaban llorar. Luego Marta Rovira, porque habían detenido a Junqueras le siguió la Forcadell cuando fue imputada … y así sin parar. Incluso se detectó un brote imitatorio en Colau. Ahora, de nuevo Colau -la gran imitadora- se pone a llorar en los mítines para pedir el voto. La verdad es que tras oírla, uno se enternece.
En un mitin en la Plaza Cataluña de Barcelona, entre lágrimas de cocodrilo, chillaba: “Porque yo soy como vosotros, yo sé lo que es que te corten la luz, no llegar a fin de mes, no poder pagar el alquiler… ¡tenemos que seguir haciendo posible el cambio! tenemos que asegurar el cambio”. (Eso Colau, todos queremos cobrar como tú).
Es una lástima que Ernest Maragall ya no está para llorar mucho. Podría deshidratarse. Sino, con estas campañas electorales solucionamos el problema de la sequía.
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