Durante el pontificado de Pío XII, de feliz memoria, la ciudad condal albergó uno de los eventos de más importancia a nivel eclesiástico.
El XXXV Congreso Eucarístico Internacional tuvo lugar en Barcelona en 1952. Tomó el testigo del congreso celebrado en 1938 en Budapest (Hungría), tras años de ausencia por la Segunda Guerra Mundial. Fue el segundo celebrado en España tras el XXII Congreso Eucarístico Internacional de Madrid de 1911.
El Congreso se celebró entre el 27 de mayo y el 1 de junio de 1952 bajo el lema La Eucaristía y la Paz. Fue promovido por el obispo de Barcelona, Monseñor Gregorio Modrego, y fue uno de los eventos más relevantes de la historia de la diócesis de Barcelona. Participaron 77 países y 300 000 congresistas, entre ellos 12 cardenales, 302 arzobispos, obispos y abades y 15 000 sacerdotes, religiosos y seminaristas. Entre otros actos, hubo una ordenación de 820 presbíteros en el estadio de Montjuïc, la más multitudinaria de la historia. Asistió al Congreso el General Francisco Franco, que llegó el 28 de mayo a bordo del crucero Miguel de Cervantes.
En el programa del Congreso se impartieron diversos seminarios y conferencias en la Universidad de Barcelona, dedicados a temas como la liturgia, la teología dogmática, las sagradas escrituras, la moral, el derecho, la sociología pastoral, la pedagogía, la historia, la arqueología y la teología oriental.
También se celebraron nueve exposiciones, como la de arte eucarístico antiguo en el Museo de Historia de Barcelona, así como una Feria Nacional del Libro Español, y se representaron autos sacramentales del Siglo de Oro español.
La clausura del Congreso tuvo lugar en la confluencia de las avenidas Diagonal y Pedralbes, en la plaza que sería bautizada con el nombre de Pío XII. Para la ocasión se instaló un altar provisional en medio de la plaza, obra de Josep Soteras. Fue celebrada por el cardenal Federico Tedeschini, con la asistencia de Franco, y participaron 1.500.000 personas. El papa Pío XII envió un mensaje radiofónico para la ocasión.
Les dejamos con el himno del Congreso.
En próximos días compartiremos un documental del mismo.
somatemps.me 
Es curiosa la foto:
el estadio a rebosar; los recién ordenados sacerdotes (se nota el pliegue por donde la casulla estuvo doblada), con la coronilla recién afeitada; casullas de toda la vida…y el desarrollismo recién comenzado o a punto de empezar.
Barcelona durante casi una semana fue la capital del mundo católico.
Me pregunto qué hemos hecho mal.
Por cierto, qué delicadeza por parte de Franco de venir a Barcelona en barco: se ve que quería enfatizar la condición de ciudad portuaria de Barcelona, que es de donde le ha venido su carácter diferencial y su prosperidad.
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Yo me colé en un lugar privilegiado ( era un chaval) y no vi la famosa «senyera) quesegún cuentan colgaron en Collserola…creo que es un bulo
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Esta entrada me trae recuerdos familiares de mi infancia…
Una tía mía – q ya no está – siempre explicaba q cuando su hija nació vino con el pan blanco y el Congreso Eucarístico .
Ella mi madre…mi abuela y tías – hermanas de mi abuela se ponían a recordar cosas de esa época y de cuanta gente hubo en el citado Congreso… de como estaba de personal Barcelona, etc etc…lo raro del caso es q no eran ni mucho menos muy religiosas…pero por lo visto fue un acontecimiento… por lo menos para ellas y muchos d la familia… agradable.
Quien nos ha visto y quien nos ve!😉
Gracias por recordarnos la historia «normal» de «la gente» normal…q curiosamente » convivia » sin poblemas con » el régimen»…cada uno haciendo su vida sin poblemas!
Mi familia era » roja» …del bando perdedor…es curioso no?
No odiaban a nadie y hoy en día parece q NO pasa lo mismo con algunos por no decir TODOS…
Han convertido España en un barrizal!!!
Ahora!!! Me llamarán faxa !!! 😐
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Sí, tiempos donde la familia y la gente en general tenían mucha más importancia que hoy.
Lo del odio que dice, es importante: A pesar de que media España perdió la guerra, nunca ha habido más odio que ahora.
Odio sin causa: ni nadie les ha hecho nada malo; ni son «proletarios», aunque pretendan serlo: lo que ganamos, lo que tenemos, lo que comemos, donde veraneamos y los coches que compramos ya nos dicen muy a las claras que somos burgueses franquistas. (izquierda caviar)
Creo que pasada la borrachera y comprobadas las mentiras socialistas y como éstos han hundido el país, tendríamos que replantearnos el uso de la religión.
Seguramente no será más verdadera o falsa que las demás; pero cumple su función y sobre todo impide que los políticos nos sigan robando y arruinando la vida.
Y por cierto; que si consumimos un poco menos, especialmente cuando no tenemos dinero para pagarlo; y disfrutamos un poco más con los que nos rodean,
pues seremos un poco más felices.
Nada del otro mundo; que en esa época era más bien así.
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¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué los «progresistas» intentan destruir la religión Católica (solo ella)?
Para imponer la suya; porque evidentemente el que ya consume, digamos, Cocacola, no consume Pepsicola.
Pero no lo dicen así de claro (me conformo como con los anuncios de Cocacola y de Pepsicola). No. Dicen que la religión de la tierra está pasada; que trae miseria; que impide prosperar; que no es moderna; que tiene la Inquisición española; que no deja pensar; que está en contra de la Ciencia; que si Galieo y que si Miguel Servet (????); que no deja disfrutar de la vida; que está en contra de los «gays», que si la «ilustración»…en fin, cualquier cosa que se les ocurra, que llevamos 200 años así.
La única diferencia es que a los protestantes, masones y a los liberales que intentan robar al Pueblo, se les han unido los socialistas, los comunistas, los anarquistas, los nacionalistas y los sionistas, con intereses diferentes totalmente contrarios a los nuestros.
La pregunta que tenemos que hacernos es:
¿a quién favorece?
Desde luego a nosotros no; porque si no, no mentirían ni engañarían.
Simplemente ofrecerían su ideología; y nosotros, pensaríamos libremente en ella, con sus pros y sus contras, y la aceptaríamos o no.
Llevamos 40 años en que todo lo que los políticos han tocado, lo han arruinado; eso, sí, con la excusa de ser «antifranquistas» y de que estamos en una «democracia» (???). Y de paso, nos han robado todo lo que nos han podido despojar y más.
Por tanto, propongo que no sigamos por el mismo camino; antes bien, que usemos la cabeza para pensar libremente y que no nos dejemos engañar.
Mientras tanto, la religión de la tierra, que nos ha ido tan bien con ella, no se puede cambiar. Al menos mientras que alguien no nos pruebe con hechos la conveniencia de lo contrario.
La inmigración masiva de sustitución étnica nos debería haber abierto los ojos.
Dejar de pensar y de obrar a favor de nuestros intereses (por cierto, eso forma parte de la definición de «democracia», solo que los que nos quieren dominar no quieren que lo sepamos); digo que dejar de pensar y de obrar a favor de nuestros intereses está creando un suicidio colectivo.
El nuestro; por idiotas y por pardillos.
Este Congreso de Barcelona nos debería servir para parar un momento y pensar lo que hemos hecho hasta aquí.
Habrán cosas que hayamos hecho bien; y otras que hayamos hecho mal.
Será cuestión entonces de rectificar el rumbo hasta que lo pongamos en dirección al objetivo.
No somos mejores, ni más felices, ni más prósperos. Al contrario.
Pero este es un país libre: el que quiera vivir como los marroquíes o los palestinos, que viva en esos países, y nos dejen en paz a los que queremos vivir como españoles.
Esa foto del Congreso Eucarístico de Barcelona de 1952 dice muchísimo más que todas las palabras del mundo; y nos dice que hay otra manera de hacer las cosas. Por lo menos para los que queremos ser felices con nuestra familia y nuestros amigos, y no queremos vivir bajo una dictadura socialista, sionista (ציונות) , chavista, independentista, o de la Sharia de Al-lāh (الله).
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