En una entrevista en TV3 al hijo de Tarradellas, ha vuelto a salir la controversia de qué pasó con el corazón de Macià. Veamos

LA EXTRAÑA VERSIÓN DEL HIJO

Josep Tarradellas, hijo del ex presidente Tarradellas, ha explicado en una entrevista en TV3 que su familia se llevó a Francia el corazón del ex presidente de la Generalitat, Francesc Macià. «Es extraño sacarle el corazón al cadáver, se hacía en aquella época», ha recordado. «La familia Macià no lo quiso guardar y nos lo llevamos en una caja de plomo a casa de mis abuelos. La caja de plomo pesaba terrible y lo guardábamos en un lugar. Finalmente pensamos que lo mejor sería guardarlo en el banco, en una caja fuerte», ha explicado en este sentido. «Un día llama un señor del banco y nos dice que tienen un problema porque salía líquido. Se ve que el corazón estaba dentro de un líquido que se comió el plomo e hizo un agujero y salía líquido. Tuvimos que volver a llevar el corazón a casa y ponerlo dentro de un plástico para que el líquido no …», ha revelado. «Me acuerdo muy bien de aquel corazón, que pesaba…», ha dicho, además de reconocer finalmente que «ahora francamente no sé donde está. Lo devolvimos aquí, a la Generalitat. Espero que lo hayan puesto en la tumba de Macià, para que vuelva a encontrar su cuerpo».

COMPLEMENTO EXPLICATIVO:

En Historias Ocultadas del Nacionalismo catalán, de Javier Barraycoa, se explica el marco de esta esperpéntica situación. En la introducción leemos:

«Una anécdota histórica, no muy conocida, ilustra perfectamente lo que el nacionalismo es, respecto de su tratamiento de la historia. Corrían las últimas semanas de la Guerra Civil y todos los republicanos preparaban su huida de Barcelona. Tarradellas, en esos tiempos de incertidumbre, mandó a un funcionario al cementerio para recoger el corazón de Macià. Cuando falleció el primer presidente de la Generalitat republicana, en una extraña ceremonia de carácter masónico, se decidió preservar su corazón en una urna que se depositó en la misma tumba. Tarradellas, en un arrebato patriótico, decidió llevarse al exilio la urna con el corazón de Macià y enterrar el cuerpo en otra tumba para que no fuera profanado por las fuerzas nacionales. Durante el exilio, la urna y su custodia dieron lugar a todo tipo de anécdotas que acabaron felizmente. Regresado Tarradellas a Cataluña, decidió realizar protocolariamente la entrega del corazón de Macià a su familia el 10 de octubre de 1979. El acto se celebró en el Palacio de la Generalitat, y luego los familiares y Tarradellas, en privado, se dirigieron al cementerio. Lo que ya no se suele contar es la sorpresa que se llevaron al depositar de nuevo la urna. Resulta que ahí ya había otra con un corazón. El caso es que el funcionario que había enviado Tarradellas en 1939, posiblemente con las prisas, prefirió ir a buscar otro corazón más asequible y colarle un gol al político republicano. Así, Tarradellas estuvo cuarenta años paseando un corazón por Europa, como custodiando la quintaesencia de Cataluña, que ni siquiera era el de Macià».

Como había dos corazones de Macià, la familia se quedó con uno de los dos y es el que se depositó en el Banco y empezó destilar para gran asombro del empleado que llamó a la familia.

Todo resuelto.

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