Bolívar y el «Decreto de Guerra a muerte»: se ascendía a capitán a quien cortara 50 cabezas de españoles


MORILLO-REAL

En el mes de enero de 1813, antes de que empezara la campaña de Bolívar, el caudillo venezolano Antonio Nicolás Briceño junto a otros oficiales patriotas diseñaron un plan para liberar Venezuela -cercano a una proclama xenófoba bordeando los límites del genocidio- a la que se dio el nombre de Convenio de Cartagena. Entre sus artículos destacados podemos citar:

 

En el nombre del pueblo de Venezuela se hacen las proposiciones siguientes para emprender una expedición por tierra con el objeto de libertar a mi patria del yugo infame que sobre ella pesa. Yo las cumpliré exacta y fielmente pues las dicta la justicia y que un resultado importante debe ser su consecuencia.

Primero: serán admitidos a formar la expedición todos los criollos y extranjeros que se presenten conservando sus grados. Los que aún no han servido obtendrán los grados correspondientes a los empleos civiles que hayan desempeñado y en el curso de la campaña tendrá cada cual el ascenso proporcionado a su valor y conocimientos militares.

Segundo: como el fin principal de esta guerra es el de exterminar en Venezuela la raza maldita de los españoles de Europa sin exceptuar los isleños de Canarias, todos los españoles son excluidos de esta expedición por buenos patriotas que parezcan, puesto que ninguno de ellos debe quedar con vida no admitiéndose excepción ni motivo alguno; como aliados de los españoles los oficiales ingleses no podrán ser aceptados sino con el consentimiento de la mayoría de los oficiales hijos del país.

Tercero: las propiedades de los españoles de Europa sitas en el territorio libertado serán divididas en cuatro partes, una para los oficiales que hicieren parte de la expedición y hayan asistido a la primera función de armas haciéndose su reparto por iguales porciones con abstracción de grados, la segunda pertenece a los soldados, indistintamente las otras dos al Estado. En los casos dudosos, la mayoría de los oficiales presentes decidirá la cuestión […]

Noveno: para tener derecho a una recompensa o a un grado bastará presentar cierto número de cabezas de españoles o de isleños canarios. El soldado que presente 20 será hecho abanderado en actividad, 30 valdrán el grado de Teniente, 50 el de Capitán…
Cartagena de Indias, 16 de Enero de 1813. Antonio Nicolás Briceño

Esta proclama fue transformada en decreto por Simón Bolívar el 15 de junio de 1813, llegando a conocerse como el Decreto de Guerra a Muerte.

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5 respuestas

  1. Y encima el hijoputa, traidor, comemierda, basura, cobarde, masonazo, bastardo, de Bolivar tiene una estatua en Madrid.

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  2. Bolívar dio un golpe de Estado -el primero de muchos que hubo y habrá en la región-. Lo dio en nombre de la «libertad» (¿es que no tenían libertad? ¿eran esclavos?) y lo que ha habido hasta ahora han sido dictaduras.

    Y ciertamente, al quitar al Rey de España como señor de la América hispana, quitó lo que unía a tantas regiones y se acabaron disgregando, justamente lo que quería Inglaterra, que buscaba mercados de tipo europeo para vender sus manufacturas y creando por tanto colonias mercantiles inglesas en territorios de habla española -este es el origen de su subdesarrollo económico que todavía perdura; no la plata y el oro «que robaron los españoles» (la plata -el oro era poco- venía de los distritos mineros de Mexico y de Bolivia, no de Hispanoamérica. Mucho menos de Argentina, diga lo que diga la gallega Cristina de Kirchner)

    Me gustaría contrastar el comportamiento de este felón con el comportamiento de los norteamericanos cuando se apoderaron de Cuba y Filipinas:

    -metieron lo antes posible a los soldados españoles en barcos para España; defendieron a la población española de los insurrectos tagalos en Manila impidiendo un baño de sangre; naturalmente enterraron con honores militares al general Vara del Rey; siendo como eran protestantes, compraron a la Iglesia Católica sus tierras, que habían sido parte importante del conflicto, para que los líderes revolucionarios se enriquecieran; e impidieron que la iglesia nacionalista filipina desplazase a la católica; aunque acabaron suplantando el idioma español (contra el parecer de los revolucionarios), no desplazaron a los comerciantes españoles establecidos en Filipinas, que tenían los mismos derechos que los filipinos y los norteamericanos…
    -Y eso que los norteamericanos eran racistas-.

    Ciertamente hay una diferencia entre Bolívar y sus venezolanos, por una parte, los leales indígenas, los españoles y los norteamericanos.

    Una última cosa:
    Todo el mundo sabe que Cartagena de Indias tiene un conjunto defensivo impresionante, que junto con la ciudad colonial es fuente de riqueza turística.

    Las fortificaciones costaron muchísimo y fue pagado con plata americana -el quinto real-, no venezolana, que no la producía, creando puestos de trabajo en la construcción y, al crear el puerto defensivo, oportunidades en la administración, en el avituallamiento del ejército, en el arsenal y en el comercio.

    Pero todo ello porque Cartagena era española, no venezolana.

    Lo bueno de los centenarios, empezando con el de la Revolución Francesa, es que volvemos a los mitos y les acabamos quitando el aura de mito cuando nos damos cuenta de la realidad histórica.

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  3. Información compartida muy buena, tanto para el artículo como el usuario que me precede. Muchas gracias.

    Efectivamente, nuestro* amigo Bolívar revolucionó el arte de la guerra por entonces con la llamada ¨ Guerra a muerte ¨, que no ha sido un factor debidamente conocido por los encargados de hacer saber de la Historia en lugares como es la escuela de las nuevas naciones creadas en América, posiblemente.

    Y, es, que se eleva al personaje como una figura de valores humanos y solidarios, tal vez para ocultar, o intentarlo, por motivos interesados, por algunas personas que prefieren no enseñar lo más aproximado de aquellos trágicos sucesos que ante una España atacada por todos lados y frentes, debilitada, luchó por la verdadera forma de justicia universal. Esos valores humanos que algunos se empeñan en demostrar incansablemente para tal personaje, masón ( y anti-cristiano, además de anti-occidental por la propia palabra ) que era no solo un revolucionario, además un libertador. No solo no fue un libertador, ya que en aquellos tiempos, parece ser, no había un sentimiento del pueblo de esas regiones españolas de ultramar, y ni siquiera fue él ( por nuestro* amigo ) el precursor del inicio de una revolución armada y política, propiamente dicho.

    El que llegó a ser drogadicto, ( y alcohólico ) y violador de damas de buena reputación ( según se da a entender en otros escritos históricos ) desde hace mucho tiempo se le considera como ¨ defensor de los negros ¨, ya que los recursos eran limitados ( algunas veces ) y no disponía de tropa autóctona. Aquellas épocas, donde se decía que había ciudades repletas de franceses, españoles, italianos, alemanes, entre otros más los criollos ( que no son mestizos, sino gentes de descendencia española – blancos – afincados en esos lares ) supieron rápidamente lo que hoy algunos políticos ávidos pretenden por la fuerza en Occidente. Se produjo una organización de tropa extranjera, con mano poco cualificada pero igualmente terrorífica, importando a esclavos africanos ; decenas de miles con la promesa de botín y el factor más importante su libertad para dejar de ser eso mismo : esclavo. Pero que si que fracasaban o tenía un mal día su lugarteniente Bolívar, volverían a su antiguo estatus de esclavo con condiciones quizás más negativas. El mestizaje, a la fuerza, se impuso con la innumerables damas blancas que quedaron viudas en aquellas tierras y épocas, y que también participaron tropas nativas de indígenas de una forma u otra que abrazaban la causa de nuestro amigo* masón, criminal ( criminal de forma constatada ) y además genocida ( por motivos de LESA MAJESTAD, hoy con otro nombre por las N. U. ).

    Es evidente que Simón, nuestro* amigo insigne poco conocido por el gran público, quizás, no solo tuvo una salida honrosa cuando finalizó sus objetivos, sino que además fue ¡ desterrado !, o antes de ser expulsado de forma oficial por su colegas que ejercían el poder de las Juntas de gobierno, posteriormente.

    Y, es por eso, que no se puede entender, entre otras cosas, el denominar a un personaje de la Historia como padre de la patria venezolana ( que no existía entonces ) ya que fue desterrado hasta que pereció abandonado y acompañado de uno de sus mejores amigos : una vidriosa botella de vino de la época, y recogido por un hacendado ciudadano español fuera de sus límites del destierro, tal vez por pena y contratado como limpiador de cuadras* ( cuadras no son calles para el español peninsular y otras zonas de habla hispana ) es decir, de establos, y casi en el anonimato.

    El resto lo hacen gentes que hablan con los ¨ pajaritos ¨, en público, esperando respuesta, en un dialogo que es digno de tiempos como los descritos y calumniar no solo a la Historia documentada sino también al mayor Imperio Católico del mundo, aunque mejor sería decir el Imperio más grande que ha conocido el planeta Tierra, España nunca jamás asemejado, que sucumbió como es lógico por diversos factores donde la decadencia de éste era ya sabida, pero que con el desgaste de siglos contra La Famosa Propaganda y contra los enemigos de la Cristiandad ha salido airoso excepto por los que no desean leer correctamente la oculta información que atestigua nuestro legado universal ibérico ( los originales celtas ) y luego hispano.

    Sin duda, Simón ( ya en éstos pormenores creemos a bien ubicar así ) fue derrotado en numerosas batallas contra la soldada española, pero su mejor derrota pudo haber sido haber quedado para los tiempos como un sujeto despreciable y repudiado, de ahí desterrado, según las leyes vigentes de esos momentos.

    Gracias por compartir, aunque éste tipo de aportaciones son igualmente algo parecido a lo que de forma coloquial se conoce por políticamente incorrecto, o lo que es lo mismo ; ciencia pura, la Historia.

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  4. El masón anglófilo, Simón Bolívar, era un sanguinario cruel; además de vendepatrias. La punta de lanza de su ejército era la Legión Británica, y era el 25% de su ejército; todo planificado y financiado por Inglaterra; el alto mando inglés ya tenía planificada en 1800 la invasión por el norte (actual Venezuela) otra por el Sur (Argentina), utilizando a los masones anglófilos Simón Bolívar y San Martín, dos traidores comprados.

    La generalidad de la población luchó con sus propios medios contra esta traición e invasión inglesa, pues la marina de guerra de Inglaterra protegía y avituallaba desde el mar a su Legión y a los ejércitos mercenarios de esos traidores.

    Lean cómo los indios guajiro ‘recibieron’ a 800 hombres de la Legión Británica, de los cuales solo dejaron vivos a 261:

    LA LEGIÓN BRITÁNICA ASOLADA POR LOS INDIOS GUAJIRO, por Francisco Núñez Del Arco Proaño (historiador ecuatoriano):

    Francis Burdett O’ Connor, veterano de las llamadas guerras de independencia de América del Sur, de la orden de libertadores de Venezuela, Cundinamarca y el Perú; Coronel de los ejércitos de Colombia, General de Brigada de los del Perú y General de División de los de Bolivia, quien fuera un destacado militar irlandés de la Legión Británica al servicio de Bolívar; en sus “Recuerdos” (Tarija-Bolivia, Imprenta de “La Estrella”, 1895, capítulo II, págs. 13-18 y 28) testimonia la tenaz resistencia de los indios guajiros realistas contra su cuerpo militar que tuvo que soportar ser desolado y derrotado por estos apenas arribados a territorios del norte de las actuales Venezuela y Colombia a inicios de 1820:

    “Pocos días tuvimos de descanso en Río-Hacha; pero se aprovechó el tiempo en la instrucción de la tropa.

    Aquí supimos que se destinaba la legión para el interior y debíamos incorporarnos con una División del ejército libertador, que mandaba el capitán general don Rafael Urdaneta.

    Teníamos, pues, que transitar por el territorio de los indios Guajiros, que habitaban sobre la Costa Firme, desde Río-Hacha hacia Maracaibo; indios muy valientes y enteramente decididos por la causa del rey de España, y que tenían todos ellos buenas armas y municiones, que conseguían en cambio del oro que producía su rico territorio.

    […]

    Á principio de Marzo (1820), emprendimos la marcha desde Río-Hacha, con el cuerpo de lanceros á pie, dispuestos estos en seis compañías, el batallón ligero de “Cundinamarca” y la compañía de tiradores, esta última al mando del teniente coronel O’Lalor. El batallón iba á las órdenes del mayor Ruud, y yo iba mandando lanceros, siendo siempre el coronel Aylmer el comandante general dela legión, el coronel Jackson jefe del Estado Mayor y todos conducidos por el coronel Mariano Montilla.

    La fuerza era pequeña, pues solamente de mis lanceros, que al desembarcar en Margarita era n 800, al salir de Río-Hacha llegaban apenas á 261.

    Los otros cuerpos sufrieron iguales pérdidas.

    Llevábamos á la vanguardia una partida de ingenieros alemanes. Nuestro camino era entre espesos bosques, hallando de distancia en distancia pueblitos de indios, todos realistas.

    El primer pueblo que encontramos fu é el de Moreno, y en seguida otro de mayor extensión, Fonseca, ocupado por jefes españoles. Aquí se nos hizo resistencia de todas las ventanas de las casas y por todas las calles de la entrada hasta la plaza nos hacían un fuego sostenido, pero que felizmente no nos causó mucha pérdida.

    Se acuarteló la tropa. El enemigo fugó por la retaguardia de las casas y se dirigió á los bosques, adonde no se le persiguió ya.

    Al pasar lista faltaba toda la partida de ingenieros.

    Como éstos llevaban la vanguardia, entraban al pueblo por un camino distinto del que seguía la tropa, cayeron en una emboscada, y cuando se mandó desde la plaza un piquete á buscarlos, se halló que ninguno había escapado, encontrándose los cuerpos de todos ellos horriblemente descuartizados y mutilados.

    La guerra era á muerte, y no se tomaba prisioneros ni de una ni de otra parte.

    Al día siguiente continuamos la marcha, y llegamos á otro pueblo, llamad o San Juan, en donde encontramos una resistencia mayor que la que se nos hizo al entrar en Fonseca.

    Al penetrar por la calle principal, nos hacían fuego de las ventanas; mi caballo cayó de bruces: lo levanté por la rienda, pero muy apenas pude hacerlo llegar hasta la plaza.

    Los enemigos abandonaron las casas, y pasaron el río, internándose en los bosques vecinos.

    […]

    La travesía por el territorio de los indios Guajiros era muy penosa.

    Al pasar lista, después de llegar á una jornada, siempre faltaban soldados, rezagados por la sed; pues no se encontraba agua en el intermedio de una paseana á otra; se mandaban partidas á recogerlos, pero jamás se trajo á ninguno de estos pobres rezagados; los que iban á buscarlos los hallaban en los caminos asesinados y mutilados del modo más horrible.

    […]

    Seguimos la marcha haciendo jornadas cortas en pueblecillos de indios bárbaros, siempre hostilizados, y por haciendas de españoles que cultivaban caña de azúcar, hasta llegar á la ciudad del Valle de Upar, la que encontramos sin un solo habitante, pues todos ellos se habían refugiado en los bosques inmediatos.

    Allí se acuarteló la división y nos dedicamos tarde y mañana á la instrucción de la tropa en la plaza.

    Á los pocos días después de nuestra llegada á dicha ciudad, el general Montilla tuvo noticia de que los enemigos estaban concentrándose en un lugar cercano, llamado Molinos. Con tal motivo se emprendió una marcha al día siguiente en esa dirección, pero no se encontró sino algunas emboscadas de indios, por lo que nos regresamos.

    Llegamos á la ciudad y recibimos este parte: había sido sorprendida en el pueblo de Moreno, cerca de Río-Hacha, una partida de nuestra división que venía á incorporarse trayendo algunas altas del hospital. Los indios habían quemado las casitas en que se alojaron y dormían aquella noche, y aun cuando se hizo toda resistencia posible, la partida quedó destruida. El capitán de Lanceros Murray fué casi decapitado, y en ese miserable estado pudo regresar á Río-Hacha.”

    Después menciona que al llegar a San Carlos de la Fundación, tomaron por prisionero “al Vicario General del general español Morillo, por nombre Brillabrilla, á quien después de tomarle declaración”, lo mandó a Cartagena. Y señala que “entre los papeles tomados al Vicario General señor Brillbilla se encontró un cuadernito en que se hallaban los nombres de todos los indios guajiros que él había bautizado, siendo el padrino el rey Carlos IV, cuaderno que hasta hoy conservo en mi poder.”

    Cada vez más comprobamos que la resistencia de los indios contra la “independencia” y su fidelidad a la Monarquía Hispana era un fenómeno generalizado que atravesaba el continente de Norte a Sur y de Este a Oeste.

    https://coterraneus.wordpress.com/2015/01/31/la-legion-britanica-asolada-por-los-indios-guajiros/

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