SIN RUMBO: Evangelización del zombie y la muerte en los Maristas de Mataró


 

Informa Germinansgerminavit.

Una aula de la escuela habilitada como sala de hospital con un cajones y muñecos
simulando cajas de muertos y niños descuartizados.
El Túnel del Terror, con este nombre se organizó el sábado 16 de enero una actividad que trasformó per unas horas una parte considerable de la escuela de los maristas en Mataró. Se acondicionaron diversas aulas y salas para simular diversas partes de un hospital. Valldemia estaría llena de enfermeras, inyecciones, virus y zombies durante unas horas. Y no era la primera vez que se organizaba semejante espectáculo ni es el único centro marista en que esto se produce (Maristas de la Inmaculada de Barcelona…).  
Con el beneplácito de los propietarios del centro (maristas), los monitores del grupo Scout La Soca se disfrazaron de zombies deambulando por salas y pasillos delante de los niños de primaria y secundaria que participaron de la actividad.

A la izquierda, Una de las organizadoras
con un collar con una muñeca descuartizada

Si San Marcelino Champagnat hubiera asistido a semejante espectáculo hubiera llorado un montón. No es nada agradable comprobar como la cultura de la muerte se impone en una escuela católica donde a la vez se disimula hasta el extremo la cultura de la Vida que defiende el catolicismo.

Los maristas son una pura caricatura patética de lo que fueron. Ante la falta de vocaciones, la dirección puesta en manos de seglares no ha sido ni mucho menos una solución. La selección del profesorado -en no pocas veces- se produce siguiendo todos los criterios mundanos menos el del principal objetivo fundacional de San Marcelino Champagnat: la EDUCACIÓN CRISTIANA en el seno de la Iglesia CATÓLICA. Como consecuencia, al Profesorado, en la mayoría de los casos, tanto le da el ideario de la escuela.
La hermosa capilla neogótica de la escuela Maristas Valldemia es el espacio menos frecuentado del colegio. La pastoral está en manos de profesores con unas grandísimas carencias formativas. El ideal cristiano es un totum revolutum de buenismo políticamente correcto y transfuguismo del Magisterio de la Iglesia. La vida de piedad inexistente. 

Foto de grupo de los organizadores con los monitores y los participantes actores. La mayoría con batas blancas con manchas rojas que simulaban sangre.
El túnel de terror se organizó explícitamente para “los mas pequeños” (textual). Y tal como se explica en la crónica del acto “el túnel fue todo un éxito, cooperamos y estamos orgullosos del resultado”.
Pero no sufran los organizadores. Nadie hará nada. La cultura de la muerte ha ganado en Valldemia. Y menos lo harán los maristas, un instituto en extinción en Catalunya y propietario del centro. Y luego se quejan de no tener vocaciones. Ellos se lo han buscado. Una especie de chip autodestructivo anida en estos institutos. Después que no busquen responsables.  

Étienne Marlhes-Hermitage 



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