Entrevista a Pedro C. González Cuevas: «la extrema izquierda española cree, siguiendo a Lenin, que los nacionalismos favorecen la subversión».


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Pedro Carlos González Cuevas

Extracto de la entrevista a Pedro Carlos González Cuevas en La Tribuna del País Vasco.

Autor de obras como “Acción Española. Teología política y nacionalismo autoritario en España (1913-1936)”, “Historia de las derechas españolas. De la Ilustración a nuestros días” o “El pensamiento político de la derecha española en el siglo XX. De la crisis de la Restauración al Estado de partidos (1898-2000)”, Pedro Carlos González Cuevas es actualmente uno de los principales estudiosos españoles dedicados a analizar la evolución ideológica de las principales formaciones políticas de ámbito nacional.

En su opinión, ¿sobre qué bases políticas y sociales se asienta el fuerte empuje que actualmente tiene la izquierda radical en España?

La base social de la izquierda radical, entendiendo por izquierda radical a Izquierda Unida y Podemos, fundamentalmente, está constituida por profesores de instituto y por docentes universitarios, por jóvenes parados sin esperanza de futuro y por hombres y mujeres mayores de cincuenta años que tienen miedo a perder su puesto de trabajo. Detrás de esta izquierda radical también se encuentra una clase media-baja y una clase obrera más o menos cualificada. Esto es lo que revelan los estudios sociológicos que se han hecho recientemente.

Desde el punto de vista de la cultura política, la izquierda radical bebe de diversas fuentes. Se mueve dentro de lo que es el marxismo, tanto el tradicional como el nuevo marxismo. También engloba elementos de lo que se conoce como “izquierda lacaniana”, que es la izquierda que ha cogido el marxismo y lo ha mezclado con el psicoanálisis de Jacques Lacan. Un elemento importante de esta nueva “izquierda radical” es lo que los franceses llaman “izquierda moral”. Esta “izquierda moral” incide menos en las transformaciones sociales y se centra de una forma más concreta en cuestiones culturales o en aspectos sociales como la defensa de algunas minorías, la ideología de género, el feminismo o un genérico “antifascismo”. José Luis Rodríguez Zapatero, con su defensa de la “memoria histórica”, fue un claro exponente de esta “izquierda moral”.

 Hoy en día, dirigentes de la izquierda radical como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero se dicen seguidores e, incluso, discípulos de Marx o de Lenin. Y, desde una óptica más actual, se alimentan intelectualmente de personalidades como el filósofo Slavoj Žižek, el escritor francés Alain Badiou (discípulo de Louis Althusser), Michael Hardt, que junto con Toni Negri ha sido muy crítico con el imperialismo, la feminista Judith Butler o Jacques Rancière (también discípulo de Althusser).

Pedro Carlos González Cuevas explica que otro elemento importante es que esta izquierda radical tiene importantes editoriales a su servicio, como “El Viejo Topo”, en la que se encuentran muchas de las claves de este movimiento; “Siglo XXI”, “Crítica”, “La Catarata”, “Txalaparta”, “Akal”, “Anagrama”, “Seix Barrall” o “Icaria”, entre otras muchas.

¿Cree que la fortaleza de la izquierda radical en España es un peligro para el sistema democrático?

En España hay una crisis global. Una crisis económica, una crisis del modelo de Estado, una crisis de representación y una grave crisis social. Todo el sistema de convivencia que nació con la Transición está en cuestión. No digo que vaya a caer en unos pocos días, pero se encuentra muy cuestionado. Si en los próximos meses la izquierda radical consigue una representación importante en las instituciones, esta situación se agravará. Y nuestra sociedad estará realmente en peligro.

Tenemos que tener en cuenta que nuestro sistema democrático está en crisis por sí mismo, especialmente por el fenómeno de la globalización. Hay sociólogos como Zygmunt Bauman o Ulrich Beck que inciden en esto. Como el Estado nación está en crisis, la representación democrática de éste también lo está ya que, en ocasiones, deciden instituciones lejanas, como ocurre, por ejemplo, con la Unión Europea. Quizás estamos caminando hacia otro estado de cosas desde un punto de vista político que, como dice el pensador británico Colin Crouch, es la “posdemocracia”. Esta “posdemocracia”, en el fondo, sería una especie de gran tecnocracia a nivel global.

¿Cómo explica la alianza, casi simbiótica, de la izquierda radical y los nacionalismos periféricos en España?

La izquierda española, tanto la socialdemócrata como la más radical, nunca ha tenido una idea clara de España. La izquierda no ha tenido a su Menéndez Pelayo. No ha habido en la izquierda ninguna preocupación por la nación. Ninguna. El PSOE, por ejemplo, pone la clase social por delante de la nación.

Por otra parte, el proceso de nacionalización española es muy desigual y, de hecho, hasta la Guerra Civil se trata de un proceso muy débil. Hay debilidad del Estado, de la escuela, de la enseñanza, etc. No se difunde un mensaje unitario a través del Estado y de la escuela, entre otras cosas, porque no hay dinero. De este modo, las instituciones socializadoras son la Iglesia (que en algunas regiones como en Cataluña o el País Vasco está más a favor de los nacionalismos autóctonos que de la nación española) o el Ejército, que no puede hacer demasiado porque tampoco había entonces servicio militar obligatorio.

El proceso de construcción de la nación se produce tras la Guerra Civil y la izquierda no acepta eso. Y, por ello, asocia a la nación española con el franquismo. Además, la izquierda y la extrema izquierda española creen, siguiendo a Lenin, que los nacionalismos favorecen la subversión, ya que una forma de acabar con el Estado es fragmentándolo. Ahora mismo, Izquierda Unida o Podemos y otras fuerzas lo que buscan es unirse con los nacionalistas para destruir el Estado. Es así de simple y de tremendo.

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Ejemplo de la cultura de izquierdas.



Categorías:POLÍTICA

3 respuestas

  1. No sé si Lenin decía eso -en todo caso sería antes de dar el golpe de Estado, visto como trató a las diversas naciones del imperio ruso-, pero lo que sí sé es que para conquistar el Estado hay que debilitarlo (es de cajón); y para debilitarlo una de las medidas es romperlo por dentro (separatismo). La misma idea es lo que utiliza Inglaterra para destruir el imperio español utilizando la masonería local. Y no es casual de que parte de los movimientos descolonizadores hayan sido liderados o financiados por los comunistas.

    De todos modos, y con la misma idea de implantar la ideología cultural marxista (Escuela de Frankfurt, marxismo cultural, Gramsci…), una de las herramientas -no la única ni la más importante, que son la destrucción de la religión y de la familia- es justamente la destrucción del Estado como sea:
    división entre regiones, entre lenguas, entre grupos étnicos…

    Eso mismo lo están haciendo ahora mismo en América Latina, como si sus problemas fuesen precisamente estos: la implantación del «marxismo cultural» (¿para qué?, ¿en qué se benefician las personas?, ¿por qué siempre tiene que haber alguien empeñado en dominar a los demás con la excusa que sea? ¿están enfermos?)

    Pues para los que salten de contentos pensando que gracias a los neomarxistas se van a independizar de España, se independizarán, sí, pero no como piensan; porque el siguiente paso es dividir Cataluña como sea: nativos contra emigrantes; cristianos contra musulmanes; musulmanes chiitas contra sunnitas; Barcelona contra el campo; negros contra blancos; los chinos como grupo aislado que ni se integra ni deja de integrarse….

    Y naturalmente Soros vigilando el proceso para que todo salga como previsto.

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  2. Avatar de Eduardo Zato Paadín

    A ver qué te parece esto. Yo creo que es bastante acertado

    Eduardo Zato

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