El filólogo y escritor Pau Vidal Gavilán (como dirían los amigos de Dolça Catalunya, si us plau, passi pel catalanitzador de cognoms), colaborador de Catalunya Ràdio y El País, ha publicado un nuevo libro titulado ‘El bilingüismo mata’, sin duda otro alarde nacionalista de “buen talante” y “respeto” a las libertades individuales de los demás de parte de uno de aquellos que más las reclama. Cuanto más ven la paja en el ojo ajeno, menos ven la viga en el propio.

El llibre del «senyor» Vidal Gavilán

Resulta que el tal Gavilán (o palomo) denuncia en el mismo que “uno de los objetivos del poder castellano es aniquilar a los catalanohablantes”. Sin duda, por todos son conocidos los innumerables planes de exterminio de los mismos a manos del ogro mesetario a lo largo de la historia, fieramente combatido por las tropas del llemosí a golpe de barretinazo. Cabría pensar si, honestamente, no ha hecho más daño a la lengua catalana la obra de Pompeyo Fabra (sí, Pompeyo y no Pompeu) que el poder castellano. No deja de sorprender que este mismo poder haya cedido las competencias en educación a la Generalitat de Catalunya, esa máquina de intoxicación nacionalista que nos mete la “inmersión” lingüística hasta en la sopa, obsesionada no ya con la calidad de la enseñanza, sino con la catalanidad; aunque si tenemos en cuenta que tal cesión fue obra del señor Aznar, que hablaba catalán a la intimitat pese a ser de la capital del “Estado”, tal vez no nos extrañe. Al facherío centralista se le coló un topo, sin duda.

El filólogo de marras defiende la  secesión de Cataluña y su constitución como estado independiente y monolingüe, donde a las personas que hablan español no se les entienda. Partiendo de la base de que el catalán es también español, ¿se imaginan que semejante majadería la defiende algún filólogo de Ávila (por decir algo) con el castellano? ¡La que le caería encima! Es decir, estos señores nacionalistas llevan más de 30 años rajando de Franco y la supuesta prohibición del catalán y ahora viene uno de ellos a decir que hay que hacer lo mismo, pero a la inversa. ¿Pero no vivíamos en una democracia? Uno ya no entiende nada. Como filólogo que es, seguro que sabe que el castellano se habla en Cataluña desde hace siglos, por lo que el caso es más grave si cabe. No es ignorancia, es mala leche. Mala leche porque le da absolutamente lo mismo que el castellano sea la lengua materna de, como mínimo, la mitad de los catalanes, y mala leche porque demuestra una cerrazón aldeana y una bilis impropia de un país civilizado.

Nos dice el señor Vidal Gavilán en su libro que existe un complejo de inferioridad, auto odio y subordinación mental de los catalanoparlantes respecto al castellano. Le compramos la idea, oiga, pero a la inversa. Ese complejo y esa subordinación la demuestran más bien los nacionalistas de nuevo cuño hijos de extremeños y andaluces, mayormente, que se suman a la moda separatista porque la perciben (o percibían, hasta hace poco) como caballo ganador y por temor a que el nuevo poder los deje fuera de la secta. Y claro, además son del Barça. El kit completo del nou català.

Defiende la necesidad de un estado propio para Cataluña “que pueda legislar”, como si la Generalitat no haga ya prácticamente lo que le da la gana, donde el catalán sea la única lengua oficial y, como dice él, “de poder”, aduciendo a que el bilingüismo contamina al catalán y que éste está alejado de la normalidad. ¡Bienvenidos a la URSS del siglo XXI! Verá, señor Vidal, el que está alejado de la normalidad es usted. Y de la realidad; debería  volver de Matrix y dejar a la gente que hable como le dé la gana en lugar de querer prohibir e imponer a su voluntad, cosas ambas más propias de regímenes totalitarios que de nuestros días (o eso nos dicen, al menos). ¿Pero quién se cree usted que es?

El «senyor» Vidal Gavilán, un home molt tolerant

Para acabar de rematar la faena, dice que con la inmersión lingüística no es suficiente. Si es que esto es intolerable, no se puede permitir que los niños tengan la osadía de hablar en castellano, que luego salen del Madrid, o peor, ¡del Español! Nos preguntamos si en el futuro estado catalán los rebeldes infantes castellanoparlantes serán enviados al racó de pensar o los pondrán de cara a la pared sujetando un ejemplar del diccionario castellano más gordo que haya en cada mano, o los castigarán a ver TV3 en horas extra escolares.

Total, que como no había suficiente con la Plataforma per la Llengua (por favor, no se pierdan este artículo de Dolça Catalunya sobre ella) o con el indescriptible Roger Seuba López, un separatista que ha denunciado a más de 5.000 comercios por poner sus rótulos en castellano, ahora tenemos al nuevo paladín del llemosí, Vidal Gavilán (o palomo), cargado de odio y rencor. Apañados estamos. Pero no se preocupe tanto, hombre, porque al ritmo que vamos no se hablará catalán ni tampoco castellano. En el futuro Emirato de Qataruña no sabrán ni lo que es eso.

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