Ramón Mercader, asesino de Trotsky, era hijo de una familia burguesa catalanista


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Cómo un joven catalán de veintisiete años, hijo de la burguesía barcelonesa, consiguió convertirse en uno de los asesinos más conocidos de la historia, se pregunta Nuria Amat al reflexionar sobre Ramón Mercader, el hombre que se convirtió en mano derecha de Stalin y mató a León Trotsky en su casa de Coyoacán, en 1940, con un piolet. Amat afirma: “En la familia jamás se hablaba de Ramón. Era una mácula tremenda en una familia catalanista de la Lliga, culta e ilustrada. Pero, ya se sabe, los niños leemos entre líneas (…) Nacido Ramón para ser industrial, Mercader se convierte, como bien contó Javier Rioyo en su película (Asaltar los cielos), en el único asesino español de las enciclopedias universales sobre criminales gloriosos”.

Hijo de un fabricante textil y de Caridad Mercader, una mujer con un carácter entre frágil y expansivo, quien se separó de su esposo –intentó internarla en un psiquiátrico-, con la firme intención de hacer vida como activista marxista. Y a eso se dedicó. En Francia, conoció a a Alexander Orlov, Ernö Gero y Leonid Eitingon –con este último sostuvo una relación sentimental-, los tres agentes más importantes de la NKVD, quienes participaron en la matanza de los republicanos del POUM y la CNT. La adoración de Carmen Mercader por Stalin llegó a tal punto, que dormía con una foto suya bajo el colchón.

Muy pegado a su madre, una mujer, según Leonardo Padura posesiva y rencorosa, –con quien años después fundaría el Partit Socialista Unificat de Catalunya-, Ramón Mercader pasó parte de su vida en Francia. Aprendió de su entonces padrastro, Leonid Eitingon, tácticas de guerrilla, disciplina comunista y a desenvolverse como futuro agente del Kremlim. En 1931, tras la proclamación de la Segunda República española, vuelve a Barcelona. Ramón es ya un muchacho formado. Inteligente. Habla varios idiomas. Encuentra trabajo de maitre en el Hotel Ritz. Es también un comunista convencido.

A la vez que trabaja como maitre, Mercader forma parte de una peña clandestina que, bajo el nombre de Miguel de Cervantes, se reúne periódicamente en el barrio del Raval hasta que la noche del 12 de junio de 1935 es apresado junto a otros participantes, y encarcelado en la prisión Modelo de Valencia.

En 1936 Stalin da la orden de matar a Trosky. Cuenta para ello con los policías secretos en activo de la guerra española Erno Gero y Leonid Eitingon, el padrastro de Ramón Mercader. En 1938, cuando los comunistas saben que la Guerra Civil está perdida, Ramón Mercader desaparece de España. Aparece en París convertido en un periodista belga, hijo de diplomático, nacido en Teherán, educado en La Sorbonne: Jacques Mornard. El encargado de matar a León Trosky.

Trotsky estaba muy custodiado. Sabía que Stalin buscaba su muerte y el 24 de mayo de 1940 había sufrido un ruidoso atentado dirigido por el famoso muralista David Alfaro Siqueiros. Al fracasar este atentado, Mercader entró en acción. Había conquistado a una de las secretarias privadas, Sylvia Agelof, y después de varios meses de relación logró acceder al círculo de confianza de Trotsky, llegando incluso a regalar bombones a la esposa de éste, Natalia Sedova.

Mercader se ganó la confianza de Trotsky, hasta que en la mañana del 20 de agosto de 1940 fue recibido a solas por el dirigente comunista. Mercader supuestamente le traía unos escritos. Trotsky se acercó a la ventana con el objeto de leer mejor y en ese instante Mercader le descargó un feroz golpe con un piolet. Trotsky no murió al instante. Sobrevivió durante unas 12 horas más antes de fallecer. Detenido por los guardias de Trotsky y las autoridades mexicanas, fue condenado por asesinato a veinte años de prisión. Salió de la cárcel en 1960. Al llegar a la Unión Soviética fue recibido con todos los honores y condecorado con la más alta distinción. Se hace llamar Ramón Paulovich López. Hizo carrera como espía y llegó a ser Coronel de la KGB. Pasó sus últimos años viviendo entre Moscú y La Habana, donde murió de cáncer en 1978.



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