Las proféticas denuncias de Alfonso Sala, valiente defensor de la españolidad de Cataluña (I)


Rafael María Molina

Alfonso Sala y Argemí fue un famoso político catalán de principios del siglo XX. Empresario de éxito y benefactor de Terrassa, fue un firme defensor del proteccionismo económico pero por lo que más destacó fue por su valiente lucha en defensa de la españolidad de Cataluña. Se enfrentó duramente a Cambó y a la Lliga Regionalista, el partido hegemónico del catalanismo entonces.

En 1919 Sala fundó la UMN, Unión Monárquica Nacional, un partido catalán unionista y monárquico, que defendía la identidad hispánica de Cataluña, para encabezar la lucha contra la Lliga y lo que consideraba su separatismo encubierto. La UMN se convirtió en uno de los partidos principales de Cataluña y Sala fue diputado en el Congreso en Madrid durante años.

Con sus valientes intervenciones Sala logró frenar el inconstitucional «Estatut integral» que la Lliga intentó imponer en 1919 y que hubiera creado en Cataluña un gobierno prácticamente independiente. Sala denunció la corrupción y el despilfarro de la Mancomunidad catalana, el órgano común de las diputaciones provinciales catalanas que dirigía la Lliga y advirtió con energía sobre el odio contra España que estaba sembrando el catalanismo ya entonces, en términos que nos suenan muy actuales. Denunció también los pactos ocultos de los Gobiernos españoles de la época con la Lliga (como el que en 1922 hizo que el alcalde de Manresa, de la UMN, fuese sustituido al mejor estilo caciquil por orden gubernativa por uno de la Lliga). Fue Alfonso Sala un precursor y un hombre de considerable valentía, que había sufrido numerosas amenazas y ataques personales, que no le impidieron continuar su lucha. Sus enfrentamientos con la Lliga en 1921, 1922 y 1923 fueron duros. Veamos algunos de ellos.

«La colaboración de estos señores (la Lliga) con el Gobierno ¿es la de un partido regionalista o la de un partido nacionalista?. Importa distinguir esto porque mientras aquí en Madrid se habla de regionalismo, allí en Barcelona, se habla de nacionalismo. En el modo de pensar y de actuar de estos señores está el deseo de inculcar al pueblo catalán, a la juventud catalana, que Cataluña es una nación y que la única patria es Cataluña.Veo ahí, al señor Bertran y Musitu, el que dijo en Vilanova en las últimas elecciones «Catalanes, hay que elegir entre la bandera de Cataluña y la de España». Ya sé que viendo a S.S. sentado en el banco azul sus electores habrán elegido la bandera de España.

Señor Presidente del Consejo, ¿donde actúan los regionalistas? ¿En España? Entonces es que reniegan de todo lo que hacen y dicen en Cataluña porque según eso, a ellos solo les preocupa el Estatuto Integral y las cosas que afectan a la Mancomunidad. Quiero saber si usted como presidente del Consejo ha adquirido el compromiso del Estatuto de la llamada Autonomía Integral a cambio de la colaboración de la Lliga con su Gobierno.

Si el señor Cambó pudiera admitir un ruego mío, yo le rogaría que no hablara tanto de producir luchas y guerras civiles, porque podría recordarle que cuando aquel célebre Estatuto amenazó con que si no se conseguía se encendería inmediatamente la guerra y ya habéis visto que no fue así. Hablando de esa forma y usando esos argumentos se cae en el ridículo y se lleva al convencimiento ajeno de que las revoluciones que hagan los elementos representados por S.S. se han de reducir a aquellas correrías de los jóvenes ingenuos y mal dirigidos por las Ramblas, con los lacitos, que acabaron en ridículo en el momento en el que la Policía quiso.

Yo llamo la atención del Gobierno también, para que el Clero se cuide en Cataluña de sus deberes religiosos y no se ocupe de política, que no todo el Clero afortunadamente, pero sí una parte del Clero, mantiene en las iglesias el fuego sagrado de la política nacionalista de la Lliga, que algunos disgustos ha costado a dignísimos obispos de Cataluña.»

Como vemos, Sala no esquivaba ningún problema, incluido el del catalanismo de parte del clero catalán. Sala se enfrentó a aquella Lliga de Cambó, cuya política era esquizofrénica pues el independentismo íntimo de sus dirigentes y muchos de sus votantes quedaba subordinado a la defensa de sus abundantes intereses económicos y burgueses en aquella Barcelona sacudida por el terrorismo. Lo que les llevaría a apoyar e incluso organizar el golpe de Estado del general Primo de Rivera desde Barcelona.

En cualquier caso queda claro que algunas figuras, como Alfonso Sala, vieron, ya en aquella época, el peligroso problema que suponía el catalanismo desde principios del siglo XX, para Cataluña y España. Continuaremos recordando la lucha hispanista en la Cataluña de hace un siglo.

Fuente: Alfonso Sala, discursos parlamentarios . Barcelona 1927



Categorías:CATALANS HISPANS, HISPANIDAD, HISTORIA

3 respuestas

  1. ¿Quién no ha oído hablar de Cambó, la Mancomunidad Catalana, la Lliga, las Bases de Manresa…?

    ¡Ahora resulta que también hay políticos españolistas, católicos ¡y monárquicos!!

    Parece que la propaganda nacionalista y pp-soista han logrado ocultar que la Cataluña de primeros de siglo es mucho más compleja y rica de lo que sospechábamos…

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  2. Sr. Molina, le felicito por el artículo. Seguro que encuentra más acerca de este asunto entre los articulistas de «Acción Española», revista de la que creo que Sala Argemí era suscriptor y benefactor.

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  3. ¡Vaya!

    ¿A qué me recuerda todo eso?

    Parece que no hemos aprendido nada y no hemos olvidado nada…

    El Pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla y en esa estamos.

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