«El mundo moderno ya no censura sino al que se rebela contra el envilecimiento».
Nicolás Gómez Dávila
Años atrás, antes de que la agenda progre globalista acelerara, se utilizaba todavía el término ‘ultraderechista’ como equivalente a ‘fascista’. Pero claro, llevan tanto tiempo llamando fascista y ultraderechista a tantísima gente que han acabado por descafeinar los términos. Aun así, el desgobierno del felón Sanchescu y sus mamporreros mediáticos insisten día sí, día también, en criminalizar a la «derecha» y a la «ultraderecha», como la si la supuesta derecha no fuera en realidad sólo un poco menos progre que la izquierda, tratándose simplemente de una cuestión de ritmo, no cualitativa.
Pero bueno, la derecha aún puede, a ojos del buen progresista, «salvarse». Sólo tiene que seguir acomplejada y sumisa, molestar lo justo y necesario para mantener la farsa de la partitocracia y ya está. Es necesario un malo oficial. Al fin y al cabo, tiene que parecer que rojos y azules tienen una disputa real; hay que guardar las apariencias.

Pero, ¿y la «ultraderecha? ¿Qué me dicen de la supuesta «ultraderecha»? Estos sí que son malos de verdad, son los capos de la fachosfera. Tanto que la izquierda agitó el fantasma ultraderechista para movilizar a sus bases en las últimas elecciones generales. ¡Que viene el coco! Y los muy necios mordieron el anzuelo, por supuesto, como buenos sectarios. Bien, no hace falta entrar en sesudas reflexiones filosóficas ni políticas: la tiranía progre, que engloba a la izquierda, la «derecha», los medios de comunicación generalistas, la «cultura», el «entretenimiento», la UE y el resto de organizaciones globalistas, y hasta parte de la Iglesia, consideran ultraderechista ya a cualquiera que se atreva a disentir, en lo más mínimo, respecto de lo que dictan sus perversas agendas. Sintetizando: si no ha perdido aún usted por completo el sentido común, si es usted todavía capaz de discernir, aunque sea mínimamente, lo que es bello de lo que no lo es, si conserva usted todavía un poco de sensatez, ¡enhorabuena!: es usted un maldito ultraderechista. Un jodido facha, un franquista de tomo y lomo, un reaccionario, un enemigo del Progreso.
A favor de los progres hay que decir una cosa, y es que tienen razón cuando advierten del «peligro de la ultraderecha». La tienen, porque realmente es un peligro para cualquier tiranía que haya quien le discuta, aunque esta discusión no vaya realmente a la raíz de las cosas. Es bueno que, aun cuando nos bombardean constantemente desde todos los ángulos, haya quien se niegue a creer que las niñas tienen pene; quien esté en desacuerdo con que un drag queen vaya al colegio de sus hijos a comerles el coco; quien se niegue a utilizar pronombres con ‘e’; quien entienda que estamos en proceso de sustitución étnica; quien sea consciente de que lo de los okupas en España es el mundo al revés; quien grite ‘¡Gibraltar español! aunque sea para joder a los progres; quien esté hasta las narices de la monserga del cambio climático; quien no quiera comer grillos; no digamos ya los que recen y vayan a misa. ¡Vade retro, fascistas! Hemos llegado a un punto en que lo malo no es que nos llamen fascistas, ultras, o ultraderechistas. ¡Lo malo de verdad es que no nos lo llamen!
Oigan, si el supuesto «lado bueno» lo forman los de la esperpéntica ceremonia satánica de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, que venga Dios y lo vea. Cabezas cortadas, un caballo montado por la muerte, la parodia trans de la Última Cena… Es esta una batalla espiritual, no les quepa la menor duda. Las élites ya no disimulan. Si quieren, llámennos también conspiranoicos. Total, ya no viene de ahí. Pero ahí está la realidad, bien visible para quien quiera ver. Y que no se engañen los que atizan a Francia a cuento de la dichosa ceremonia. No hubiera sido muy distinta —probablemente— en cualquier otro lugar de Progrelandia.
Sólo queda elegir: Tradición o Progreso. Belleza o Fealdad. Verdad o Mentira. Humildad o Soberbia. El Bien o el Mal. Dios o el diablo.







Categorías:DECADENCIA OCCIDENTAL, OPINIÓN
Las payasadas de los Juegos Olímpicos de París no me ofenden en absoluto. El pecado solamente ofende a Dios.
Lo que hizo Rita Maestre en 2011, que se desnudó en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid, no me ofendió en absoluto. Es simplemente una clara muestra de la ignorancia. El pecado nos esclaviza. Lo que hizo Rita Maestre solamente ofende a Dios.
Lo mismo que Willy Toledo, que insultó a Dios y a la Virgen. Eso solamente ofende a Dios.
«El cristiano no se enoja» de Giovanni Ríos, un dominicano que interpreta merengues cristianos evangélicos.
Entonces, ¿quiénes son los que se enojan? Los musulmanes son los únicos que se enojan por una simple caricatura de Mahoma. Porque el islam es pecado.
Tengo una cinta de casete original, edición mexicana, del grupo Los Ovnis (rock and roll mexicano). Se titula «México 68» (1968). En letras mayúsculas. Es decir, los Juegos Olímpicos de México, que se celebraron en 1968.
Hay un CD que se titula «Olimpic Mix» (1996), de música mákina y eurodance. Hace referencia a los Juegos Olímpicos celebrados en Atlanta (Estados Unidos) en 1996.
Yo solamente recuerdo los nombres de «México ’68», «Barcelona ’92» y «Atlanta ’96». Jamás he seguido por televisión unos juegos olímpicos. El deporte no me interesa ni lo más mínimo.
«Un judoteca argelino se niega a pelear con un judoteca israelí».
Lo correcto hubiera sido: «Un judoteca israelí se niega a pelear con un judoteca jovenlandés que detesta el jamón ibérico».
A mí me parece muy bien todo lo que está pasando en los Juegos Olímpicos de París. Francia abraza la cultura «woke». De esta manera, ha demostrado ser un país sin valores cristianos y que se deja llevar por las estúpidas modas de la extrema izquierda. Una nueva extrema izquierda creada por niñatos que acaban de nacer y que imponen, al resto del mundo, lo que está bien y lo que está mal. Lo políticamente correcto y las «fake news» de «Lo País» (sic).
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Me parece una barbaridad el dar por bueno el calificativo de ultraderecha inventado por los marxistas, los de la dictadura del proletariado que constituyen el psoe de pedrito con sus ruinosos amigos y amigas como la rubia aduladora del Papa. Buena parte del pp, acojonado copia a los marxistas, y menos mal que aún parece que hay alguna excepción como la de Madrid, el de Valencia y alguno más. Esperemos que vox no copie al jefe del pp.
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No se da por bueno el calificativo, claro que no. Ahora bien, es indicio de ir por buen camino. El día en que no nos llamen ultras, fascistas o ultraderechistas, aunque no lo seamos, habría que empezar a preocuparse.
Un cordial saludo
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llovió y mucho ayer en Parisatan. Gracias a Dios.
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