Diego Saavedra Fajardo, natural de Murcia, (1584 -1648) fue probablemente el diplomático más importante de la Monarquía Hispánica en el siglo XVII. Embajador español en Múnich ante el Príncipe Elector Maximiliano de Baviera, jugó un papel crucial para forjar la alianza militar de España con el Emperador y las fuerzas católicas de Alemania, entre las cuales Baviera era la más importante, durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Alianza que buscaba hacer frente a la coalición entre Francia y todas las potencias protestantes de Europa.

Fue una época muy difícil en la que, tras largos años de guerra, los Habsburgo españoles y austríacos, que detentaban el Sacro Imperio, finalmente no pudieron impedir el triunfo protestante en Europa gracias a la traición de la Francia supuestamente católica del cardenal Richelieu. España vivía los últimos tiempos de su hegemonía europea.

Saavedra Fajardo, que hablaba perfectamente alemán y latín y participó también en las negociaciones de la paz de Westfalia, que puso fin a la guerra, no fue sólo una figura pública muy relevante en la Europa de la época sino también un gran escritor que cultivó la historia, la filosofía e incluso la poesía.

Una de sus obras más importantes es la llamada «Corona Gótica» una rigurosa y extensa crónica sobre el reino visigodo hispánico. Es una obra que subraya la larga historia de España como nación y reino y sus vínculos con la Europa central y del norte, a través de los visigodos, a los que presenta como fundadores de España, sobretodo al convertirse al catolicismo del pueblo hispano romano. Saavedra hace hincapié en el origen de los visigodos en lo que posteriormente fue Suecia. Algo que se interpreta también como un intento de Saavedra por ayudar a sacar a la poderosa Suecia del siglo XVII, de la alianza con el resto de potencias protestantes y con Francia. Era la época en la que tras la muerte del famoso rey guerrero sueco Gustavo Adolfo II, su hija, la reina Cristina, se mostraba propensa al catolicismo, al mantener, según se cree, una relación amorosa con el embajador español en Estocolmo, llamado Antonio Pimentel de Prado.

El libro se llama en realidad «Corona Gótica, castellana y austríaca» pues Saavedra quería completar una historia de España que llegara hasta sus días, aunque finalmente la obra solo abarca el periodo visigodo, por lo que es conocida simplemente como «Corona Gótica»

Aparte de «Corona Gótica» Saavedra Fajardo escribió entre otras, «Idea de un príncipe político cristiano representada en cien empresas», conocida simplemente como «Cien empresas», una larga obra en la que a través de cien ejemplos históricos, algunos basados en su propia labor diplomática en Europa, se muestran interesantes lecciones sobre política internacional y las relaciones entre las distintas naciones. Además de estas obras, gran parte de la correspondencia diplomática de Saavedra Fajardo fue publicada en nuestros días en varios tomos, en los años 80, por el historiador Quintín Aldea Vaquero, en una serie denominada «España y Europa en el siglo XVII»

Toda esta correspondencia y la obra de Saavedra Fajardo es interesante, pero, en definitiva, su libro «Corona Gótica», sobre el reino visigodo, hasta la invasión musulmana, se considera todavía una de las principales crónicas sobre este importante periodo de la historia de España. Una época, la de los reyes visigodos, frecuentemente olvidada, cuando no denostada, por aquellos que quieren negar la larga trayectoria histórica de España como patria, pero que es el origen de España como nación y patria, como dejaron claro grandes figuras de aquel período, como San Isidoro de Sevilla. Así lo recordó Saavedra Fajardo en su «Corona Gótica».

Rafael María Molina

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