
Entre 1868 y 1878 tuvo lugar una enorme guerra insurgente en Cuba, la que se conoce como Guerra de los Diez Años. Fue la primera guerra de Cuba.
En ella se enfrentaron el ejército español ayudado por los llamados Cuerpos de Voluntarios, contra la guerrilla independentista, también llamada mambisa, armada y financiada desde Estados Unidos. Los Estados Unidos no intervinieron directamente, como harían más tarde, en 1898, pero estaban detrás de los rebeldes. El entonces presidente, el general Ulisses S Grant llevó a cabo diversas propuestas a España para que vendiese Cuba a Estados Unidos. España y Estados Unidos mantuvieron negociaciones pero el entonces presidente del Gobierno español, el general Prim, se negó a vender la isla. Apoderarse de Cuba fue el principal objetivo de la política exterior norteamericana durante todo el siglo XIX.
La guerra fue larga y muy dura. Fue un conflicto contra insurgente en la jungla o manigua de Cuba. La guerra estuvo llena de acontecimientos políticos y militares que sería largo detallar. España estuvo a punto de perder Cuba pero finalmente consiguió neutralizar a los insurgentes que terminaron por capitular por el llamado Convenio del Zanjón, en febrero de 1878.
Durante los primeros años la situación llegó a ser muy difícil para España que tenía en principio un número muy escaso de soldados en Cuba. Por ello fue esencial la colaboración con el Ejército de los llamados Cuerpos de Voluntarios. Eran unidades voluntarias, como su nombre indica, formadas principalmente por jóvenes españoles peninsulares que vivían en Cuba. En aquel momento había cerca de 100.000 españoles peninsulares en Cuba, la mayoría catalanes. En aquella época los catalanes encabezaban el españolismo más intransigente en Cuba. No es extraño por cuanto los terratenientes azucareros y cafeteros y comerciantes catalanes, muchos de ellos esclavistas, tenían una gran importancia en Cuba. La isla tenía entonces cerca de 2 millones de habitantes.
Casi 70.000 jóvenes españoles formaron parte de los Cuerpos de Voluntarios, que tuvieron un papel muy relevante desde el punto de vista militar, en las operaciones contra insurgentes, sobre todo durante los primeros años de la guerra.. Además fueron llegando desde la Península nuevas unidades de voluntarios. Hubo cuerpos de Voluntarios catalanes, de Madrid, asturianos cántabros, vascongados, navarros y de Cádiz. Además un total de 200.000 soldados españoles regulares fueron desplegados en Cuba a lo largo de los 10 años de la guerra. Además al menos 30.000 cubanos lucharon en el bando español.
La Habana era entonces el principal bastión españolista de Cuba y epicentro de los Voluntarios. Éstos no se limitaron a cumplir un papel estrictamente militar sino que se fueron convirtiendo gradualmente en una milicia política.
Se transformaron en la punta de lanza del españolismo en Cuba y en el principal poder político de la isla. A mediados de 1869 demostraron su capacidad de movilización con el asalto incruento (un poco al estilo de los partidarios de Trump en el Capitolio de Estados Unidos en nuestros días) del palacio de la Capitanía General de Cuba en La Habana, como protesta por la débil política del Capitán General, el general Dulce, que quería negociar la autonomía de Cuba con los mambises, a los que concedió numerosas amnistías que solo fortalecieron a los rebeldes. Dulce se vio obligado a dimitir y el gobierno español nombró como Capitán General al general Caballero de Rodas, de mentalidad más combativa. Más tarde los Voluntarios también conseguirían que fuese nombrado Capitán General, el conde de Valmaseda, militar vasco, considerado el general español más experto en la guerra contra insurgente y en cierto modo, el más brutal. Algunos historiadores anglosajones han comparado a los Voluntarios con lo que fueron en el siglo XX los grupos paramilitares unionistas de Irlanda del Norte. Hoy todo esto puede parecer sorprendente pero los españoles en general eran entonces, sin duda, mucho más combativos y patriotas que hoy en día, a principios del siglo XXI. En el siglo XIX hubo muchos ejemplos de ello
Los Voluntarios fueron el núcleo de lo que entonces se conoció como «partido Español de Cuba», organizado en torno a los llamados «Casinos Españoles», que se oponía a la independencia y la autonomía de Cuba y que más tarde se llamaría «Unión Constitucional». Los empresarios catalanes fueron los principales financiadores de los Voluntarios. Algunos oficiales de Cuerpos de Voluntarios españoles como el coronel Tizón, o el coronel Pelayo se hicieron especialmente famosos como hábiles guerrilleros contra insurgentes, utilizando las mismas tácticas que los rebeldes.
La historiografía nacionalista cubana ha solido pintar a los Voluntarios como asesinos y terroristas, pero en ello hay mucha exageración, aunque es indudable que ambos bandos cometieron atrocidades. La Guerra de los Díez Años fue un conflicto devastador, mucho más que las separatistas del Continente americano de principios del XIX, en tiempos de Bolívar y San Martín.
Murieron por hambre, enfermedades o por combate unos 100.000 soldados y civiles españoles y quizás el doble de mambises y civiles separatistas. Las feroces guerras hispano cubanas del siglo XIX están en el recuerdo histórico pero hoy por fortuna ambos pueblos hispánicos están básicamente reconciliados más allá de diferencias en cuanto a regímenes políticos.
Sólo los Estados Unidos resultaron vencedores en 1898 de aquella guerra civil entre pueblos hispánicos. Aunque su victoria se convirtiese en derrota a partir de 1959. En cualquier caso, con sus luces y sus sombras, los Voluntarios españoles de Cuba (entre los que no solo hubo españoles peninsulares sino también muchos cubanos) fueron protagonistas de un tiempo y una época y son dignos de ser recordados.
Rafael María Molina
Categorías:CATALANS HISPANS, HÉROES MILITARES CATALANES, HISPANIDAD
Volviendo a la estafa del «Maine».
Resulta que en la Wikipedia, en el artículo » Guerra hispano-estadounidense» aparece lo siguiente:
…»Pese a las críticas de los antiimperialistas, Estados Unidos comenzó a gravitar cada vez con más fuerza en toda el área del Caribe. El presidente Theodore Roosevelt propuso construir un canal interoceánico en Centroamérica, y EN 1903 OFRECIÓ AL GOBIERNO COLOMBIANO COMPRAR UNA FRANJA DE TIERRA DE LO QUE HOY ES PANAMÁ.
(es decir, exactamente igual que lo que pasó con Cuba, que ofrecieron comprarla nada menos que estadounidenses John Quincy Adams, James Polk, James Buchanan y Ulysses S. Grant, que el gobierno español siempre rechazó. La última oferta fue por 300 millones)
«Al mismo tiempo que Colombia rechazaba la oferta de Roosevelt, SE DESATÓ UNA REBELIÓN EN EL AREA DESIGNADA PARA LA UBICACIÓN DEL CANAL»…
(¡Oh casualidad!, justamente como Cuba y Filipinas)
…»ROOSEVELT APOYÓ LA REVUELTA» (otra asombrosa casualidad como Cuba y Filipinas) y rápidamente emancipación de Panamá frente a Colombia.
…»Unos días después, el francés Philippe-Jean Bunau-Varilla, quien viajó a Washington como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la naciente República de Panamá, vendió a Estados Unidos la zona del canal. En 1914, el canal de Panamá se abrió al tráfico marítimo»…
(Curioso que sea francés y no panameño)
(Sí; es curioso que un POLÍTICO tenga así como así la potestad de vender lo que no tiene ni puede, porque eso es territorio nacional, aunque sea una nueva nación fabricada a medida por Estados Unidos.
Precisamente como la base militar estadounidense y bahía de Guantánamo, arrendada a PERPETUIDAD por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República Bananera de Cuba. (otra casualidad de casualidades ). Una operación similar fue la que Manuel Luis Quezón, Presidente Bananero de Filipinas, ordena sustituir la educación en español por la educación en inglés, a cargo de Filipinas, por 500 misioneros protestantes norteamericanos (los «tomasitos», por el barco en el que llegaron), para asegurar el «Imperio informal» de Estados Unidos en Filipinas y razón por la que ya no se habla español en las islas.
Por cierto, que la excusa para invadir y anexionarse Texas del gobierno mexicano es muy similar, sólo que en vez de barcos, que no suelen haber en tierra firme, eran «bandas que atacaban territorio estadounidense»
Lo que es evidente es que cuando algo funciona, se repite.
Todo esto pasa por el gobierno secreto de las logias y su máxima de «divide et impera».
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Miren qué información más curiosa aparece en youtube. Se trata de la presentación de un libro revisionista del «desastre» hecho por un militar extranjero (nacionalizado español)
El título del video y del libro es «Cuba 1898: la Conjura del miedo.
Y el autor es Pablo Victoria.
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¿No es asombro que los Estados Unidos («Libertia» o pais de la Libertad en el argot masónico) se ha hecho a costa del Imperio Español?
De 13 Estados separados, se unieron en una confederación y, a costa de territorio español, se hicieron con lo que hay hasta el sur y hasta el Pacífico. Antes hubo que despedazar el imperio para que no pudiese defender la integridad territorial.
De modo que los que antes eran señores y una potencia mundial respetada se han convertido en siervos y colonias de otro imperio, que no nos deja prosperar.
¡Voluntariamente !
¿Cómo es eso?
Pues desde dentro y sin esfuerzo:
Con la técnica del divide et impera
(los Estados Unidos se han formado con la técnica contraria: La unión hace la fuerza y e pluribus unum (de muchos, uno) )
Y con la masonería formando y atrayendo intereses ñamigos», darles un objetivo, un ideal y contactos (logias) en el extranjero. Con el famoso «libertad, igualdad y fraternidad».
Para la masonería, Cuba había de ser una colonia informal de Estados Unidos sí o sí.
Y Guantánamo y su bahía, que es territorio estadounidense en Cuba es el nefasto recuerdo.
Por cierto, que hoy la masonería con sus logias sigue existiendo en Cuba, tierra de libertad, igualdad y fraternidad donde las haya.
Una manera para controlar a la población haciéndola creer que los ilustrados gobiernan por ella y que por eso viven en el paraíso de la libertad, la igualdad y la fraternidad, el «progreso», la «modernidad», «Europa» y no sé qué otras fantasías más.
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