En el instituto La Salle de Palma, 32 alumnos –toda una clase de 1º de bachillerato- han sido expulsados por exhibir la bandera de España. A principios de semana, los estudiantes colgaron una rojigualda en el tablón de anuncios del aula, con el permiso previo del director y del jefe de estudios.

Las quejas por parte de dos profesoras, a las que les molestaba dar clase delante de la bandera oficial, forzaron al tutor de la clase a colgar un cartel adjunto que rezaba «vamos, selección», dejando claro que se exhibía por mero interés futbolístico.

La profesora de Lengua Catalana, que cuando llegó al aula el viernes ordenó a los chavales que quitaran la insignia. Al ver que nadie se atrevió a hacerlo, abandonó el aula.«Nos dijo: ‘O quitáis eso o me voy’. Y se fue sin dar clase. Nos quedamos una media hora solos en el aula hasta que una profesora externa, a la que nunca habíamos visto, vino a comunicarnos que estábamos todos expulsados», explica uno de los alumnos afectados.

El centro envió una circular a las familias de 1º B informándoles de que los críos habían sido expulsados por haber «desoído las indicaciones de la profesora, que estaba cumpliendo con las normas de convivencia del centro y seguía las órdenes del equipo directivo».

Lo explicas en otro país y nadie se lo cree. Es como si en Francia hubieran expulsado a un case entera por demostrar su apoyo a la selección francesa. De locos.

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