Para ser «progre» hay que estar medio tarado por definición. Uno queda atrapado por los dogmas y el lenguaje autoimpuesto. Entonces el resultado es que uno/una/une no para de decir memeces sin parar. Lo peor de todo, es que dicho sujeto se cree adelantado a su tiempo, profeta de la humanidad y visionario del futuro.
Resulta que la ahora los «progre» han inventado otro término al que hay que someterse: «gordófobo». Se refieren a los que no soportan a los gordos «por lo que representan». Los «gordófobos» son como los «fachas» de siempre, pero ahora en plan más sofísticado.
Irantzu Varela, una de tantas millones de influencers de sí mismas, nos enseña que la gordofobia es fruto del heteropatriarcado capitalista que nos imponen unos cánones. Y que si uno quiere ser gordo … que lo sea. En esto consiste la democracia, faltaría más. Los argumentos que da la moza son entre desternillantes y espeluznantes.
Este vídeo nos confirma que lo «progre» ha hecho mucho daño, casi siempre irreversible,
Categorías:Corrección política, INCREÍBLE PERO CIERTO
somatemps.me 
Si metieran su cerebro en una cáscara de nuez y lo agitaran, resonaría como un perdigón en un cubo de fregona… Conclusión, ésta es más tonta que una mata de habas…
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En todo caso, el gran enemigo de la democracia es el miedo a ésta, el miedo de quienes gobiernan a perder sus poltronas y sueldazos. Un miedo que les lleva a ejercer toda clase de tropelías contra los ciudadanos. Y estos días lo estamos viendo en Rusia, en donde protestar contra la descarada invasión de Ucrania está castigado, precisamente para que Putin y sus secuaces puedan seguir en el poder. La «libertad», como él y otros dictadores proclaman, en esos países no la hay.
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