Exitosa presentación de «El liberalismo es pecado» en Barcelona


El pasado viernes 10 de junio, se celebró en Barcelona la presentación de «El liberalismo es pecado», la obra inmortal de Sardá y Salvany. Al igual que en la exitosa presentación en Madrid, Javier Barraycoa expuso la ambientación histórica de por qué surgió este libro y porque fue tan polémico y perseguido por algunos influyentes católicos. A continuación el Padre Antonio José Gómez Mir, explicitó los contenidos del libro y por qué la condena del liberalismo como llegó a definir el magisterio- uno de los más «pestilentes» errores. En un mundo en el que parece que el adjetivo de «liberal» se ha puesto de moda entre conservadores y católicos, la lectura de este libro es imprescindible para aclarar términos, posicionamientos y acciones en la vida personal y pública. Los «Jóvenes por España» y la asociación «Luz de Trento» son los responsables de esta reedición y acudieron varios representantes a la presentación.



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2 respuestas

  1. Las sociedades están formadas alrededor de algo que une; en este caso es la religión católica (incluso para los no creyentes o para los que practiquen otra religión y que vivan ahí).

    Lo mismo sucede en Marruecos con el Islam.

    Por tanto cualquier cosa que ataque esa religión, ataca la sociedad.

    Es cierto que las sociedades «evolucionan» (es decir, en las sociedades NO agrícolas NI recolectoras, que en
    principio no cambian, porque la estructura económica es estable y crea sociedades que por necesidad son «conservadoras»). Las sociedades «evolucionan» al desarrollarse su economía con la manufactura, el comercio y la industria.

    Pero eso no significa que deba haber un ataque continuo contra la religión de la mayoría y la cultura de todos, porque deslegitimizamos lo que nos une y desestabiliza la sociedad (con lo que además se dificulta la producción y venta de la actividad económica, haciéndose más lenta y más cara; y de ahí comemos todos)

    Es la actividad económica la que crea la necesidad y las condiciones para que la gente cambie y la sociedad «evolucione». Esto es, ante las necesidades de producir X, se abre el mercado laboral para suministrar los trabajadores que reúnan los requisitos X -y no otra cosa-.

    En general cuanto más sofisticada sea nuestra estructura económica, el mercado exigirá trabajadores más proactivos, más creativos, más individuales, más técnicos (personas que en un pais de estructura agrícola son inempleables e incluso muy peligrosas para el orden social, que no se puede cambiar a voluntad, lo cual es a su vez fuente de conflictos que perjudican a todos )

    De aquí que sea un terrible error imponer o forzar ideologías sin que haya una economía que las demande; por eso las trágicas consecuencias del «liberalismo» en España e Hispanoamérica, que sólo en España ha provocado 4 guerras civiles en un siglo y que es, como reacción, el origen de los nacionalismos actuales, un problema sin arreglar.

    No solo eso:

    Es que al hacerse con el poder y desde ahí robar las tierras con la que financian sus actividades al Estado, a la Iglesia, a los hospitales, municipios, colegios y Universidades y, en América las tierras comunales de los indios…se está dando un paso de gigante hacia atrás en el desarrollo económico, porque la Historia económica demuestra que es siempre y exclusivamente el producido por la industria y el comercio (porque son las únicas actividades que crean valor añadido).

    La realidad económica dice también que el enemigo de los latifundistas y nuevos ricos que salen de robar esas tierras son enemigos jurados de la industrialización y que de una manera u otra la van a impedir o dificultar (el agricultor quiere protección para lo que produce, pero libre comercio para los productos industriales; el industrial quiere comprar la materia prima -lo que produce el agricultor- lo más barata posible y protección de la competencia industrial extranjera. Además la contratación de mano de obra por la industria encarece la mano de obra que trabaja en el campo -Ley de Oferta y Demanda y Ley de la escasez-)

    El desarrollo económico y con ello el social, cultural, científico, técnico…que lo exige, lo produce y lo paga, no lo trajo ni la «ilustración», ni los «liberales», ni la «masonería»….Sólo lo trajo Franco; porque él y su equipo fueron los únicos que crearon las condiciones para la industrialización de España.

    Por tanto, si no hay que atacar la religión de todos o de la mayoría, no hay que impedir el desarrollo industrial, que es lo que nos garantiza unas oportunidades laborales y un nivel de vida que envidiamos a los «europeos» (a los europeos ricos, porque también los hay pobres; y mucho más pobres que nosotros, como los de paises que sufrieron el comunismo).

    Es el desarrollo industrial lo que compensará con creces los inconvenientes de todo tipo que trae la industrialización (proletariado, individualismo, codicia, soledad, sentido de fracaso para los que no puedan hacer dinero/ascender socialmente, depresión…)

    Además de compensar a nivel nacional el sentido de ser inferior a Inglaterra primero y a Estados Unidos después (esto ha pasado en muchos lugares y ha golpeado especialmente a paises que han sido «imperios», como Turquía, China, Japón…y la misma España). -en las naciones, el orgullo no está en el linaje o en la religión, sino en la nación -el grupo ideal de hombres y mujeres que componen una nacion determinada-, de ahí que esto sea determinante.

    Si me he extendido en esto es para explicar cómo funcionan las cosas y por qué desde la invasión francesa nada ha funcionado en este pais (con la excepción de Franco) ni en Hispanoamérica…ni en la Iglesia Católica, que se ha tragado toda la dogmática masonica sin pensar, por lo que ha sufrido las consecuencias de obedecer humo sin pruebas científicas o reales y sin buscar y tener resultados.

    Lo más asombroso del caso es que aunque hay muchos paises que copiaron la receta de Holanda, que fue quien lo inventó, (Inglaterra, Estados Unidos, Franco, Japón, Corea…), seguimos sin aprender de quien tenemos que aprender y seguimos echando la culpa de no ser como los elegantes parisinos (!!!) a la Iglesia Católica, que prohíbe pensar y es intolerante, porque expulsa a los sabios, trabajadores y ahorradores judíos…y a la monarquía católica, que impide el gobierno de los lobbies ilustrados secretos y da mal ejemplo con la religión.

    Por tanto, para los católicos que crean, para los católicos culturales y para los paises de mayoría católica, el liberalismo es pecado, porque el catolicismo nos defiende, de una manera natural y automática, de nuestros enemigos… Y si no fuese pecado, nuestra supervivencia como grupo exige que lo sea, por lo memos culturalmente.

    Buena parte de los problemas que tenemos desde 1978 vienen precisamente de haber querido olvidar esta verdad de obligado cumplimiento.

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  2. Todos los grupos o sociedades existen para algo:

    Que los elementos individuales de ese grupo vivan mejor.

    (el hombre es un ser social que sólo puede vivir en sociedad, esto es, en grupo. Todos vivimos muy bien al tener los servicios y la ayuda de miles o millones de nacionales. Es imposible o casi vivir en una isla, como Robinson Crusoe; o por lo menos viviríamos con muchas dificultades y siempre con el riesgo a cada momento de morir de una pulmonía, una insolación o una diarrea)

    Por consiguiente, todos los grupos tienen unas normas, escritas o tacitas, para proteger ese grupo y a sus componentes.

    La ideología, en las sociedades basadas en la ideología, como las comunistas o las logias masonicas, es lo que protege esa sociedad, ese grupo…y lo que permite a sus miembros lograr los fines que intentan obtener formando parte de esa sociedad o esa logia.

    Con las religiones o los clubes de tennis es lo mismo.

    En concreto la Iglesia Católica, desde que se codifico su doctrina hace muchos siglos, de una manera racional y sistemática, dice muy claramente lo que está bien y lo que está mal.

    Lo cual es necesario, porque uno de los fines esenciales de cualquier religión es dar seguridad; y otro una dogmática que establezca lo que está bien y está mal y los ritos que «funcionan».

    Es imposible hacer de una religión un club de conversación filosófica o un club social (salvo en las religiones «étnicas»), porque automáticamente deja de ser una religión; y si deja de ser una religión y deja de dar seguridad, el miembro de ella deja de verle utilidad y se desvincula de ella (esto es una de las cosas que explican el desastre del Concilio y del hundimiento del catolicismo)

    Como cualquier norma social con un animal social, esta norma puede ser violada por el individuo (y con ello ataca al grupo). Es inevitable y sucede siempre (de ahí que los animales, como los lobos, tienen mecanismos para reconocer la culpa, demostrar que no se es un peligro y poder volver a la manada)

    En la religión católica, aunque existe muy claramente la obligación de obedecer la Ley de Dios (nada extraordinario: eso pasa en las religiones), el hombre es libre para salvarse o condenarse,

    La especificad del catolicismo es que el que peca puede congraciarse con Dios con un procedimiento sacramental muy determinado.

    Por tanto el «liberalismo» es pecado y destruye las sociedades católicas (en el caso de una sociedad católica, pero pasa exactamente en cualquier sociedad basada en la religión, como el Islam). Simplemente disgrega el pegamento o lazo de unión invisible que une a cada individuo en esa sociedad católica.

    Y eso explica una de las claves del hundimiento reciente de la religión católica en España. No es magia ni una maldición.

    ¿Quiénes están en contra de esto; esto es, quiénes son liberales?

    Pues los que son miembros de otras religiones viviendo en una sociedad católica, como los protestantes, musulmanes y judíos, los cuales son muy intolerantes en sus oaises de origen con quienes puedan ser un ataque a su religión o identidad. Como Soros, un marroquí o cualquier comunista.

    ¿Quiénes más ?

    Aquellos que desean los bienes de la Iglesia (Mendizábal y Danton se hicieron millonarios con las incautaciones que robaron); aquellos que quieren imponer sus normas a la sociedad, esto es, los ricos, poderosos y sus políticos y se lo impide la Ley de Dios, que es igual y para todos, garantizado por ministros independientes a ellos y que saben que de sus acciones y omisiones han de dar cuenta a un ser superior omnisciente e inexorable.

    Cuando estos interesados gritan «¡libertad, libertad!» no es precisamente para que nosotros seamos libres, sino para que ellos sean más libres contra nosotros.

    La religión protege. Como un piloto automático.

    Y la religión católica, todavía más.

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