Lo que la comunidad de Montserrat olvida (ante la retirada de la escultura del Requeté)


Se ha consumado la felonía. La escultura de un Requeté herido, mirando a la Virgen que preside la Basílica de la Abadía de Montserrat, ha sido retirada con la connivencia de la comunidad. 319 requetés del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat dieron su vida para restaurar el culto católico y con ello salvar Montserrat. Durante la Guerra prometieron, si se ganaba, entregar la bandera a la Virgen. En 1961 se inauguró un mausoleo donde reposan doscientos de aquellos requetés.

¿HAY QUE RECODAR A LO COMUNIDAD LO QUE LES ACONTECIÓ EN AQUELLOS ACIAGOS AÑOS?

San Benito recibe a los 23 monjes mártires. Pintura mural de Pere Pruna en la Sala Capitular del Monasterio de Montserrat

El gran santuario mariano de Montserrat, centro espiritual de Cataluña, había visto renacer la vida monástica benedictina en 1844. Al poco de producirse el Alzamiento Nacional del 18 de julio de 1936, los comités izquierdistas se adueñaron de los alrededores y comenzó el incendio de iglesias y la caza de sacerdotes y religiosos: la evidencia de la inminente persecución religiosa llevó a los monjes de Montserrat a decidir en capítulo el abandono del monasterio y la dispersión de la Comunidad. El último acto comunitario había sido el previo canto de las Vísperas en el coro el 22 de julio. Bien pronto, los revolucionarios subieron al santuario y se fueron incautando de algunas dependencias, pero providencialmente quedó a salvo del intento de incendiarlo. La imagen de la Virgen (la “Moreneta”) fue escondida por los monjes, que hubieron de salir de allí sin obtener el salvoconducto que se había solicitado para asegurar sus vidas durante el viaje. Aún se conserva la toalla con la que se tapó y la cédula de ocultamiento.

Los religiosos fueron saliendo en varios grupos y a distinto tiempo; ninguno fue asesinado allí mismo. Se dispersaron por diversos lugares, pero un total de 23 (de los que uno estaba en El Pueyo) fueron detenidos y martirizados. Otros fueron también apresados, aunque finalmente no se les mató, pero sufrieron un verdadero calvario; asimismo padecieron dificultades y penalidades los que estuvieron escondidos con gran peligro. Algunos pudieron ser fraternalmente acogidos en monasterios de la Orden en la España nacional, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Suiza y Bélgica. Por otro lado, el obispo de Pamplona, Mons. Marcelino Olaechea, S.D.B., consiguió el edificio del balneario de Belascoain, a 22 km. de Pamplona, para que pudiera reunirse allí parte de la Comunidad y rehacer la vida regular; además, muchas otras personas ayudaron a los monjes en la medida de sus posibilidades.

«Se dispersaron por diversos lugares, pero un total de 23 (de los que uno estaba en El Pueyo) fueron detenidos y martirizados»

Entre los mártires de este monasterio, hubo jóvenes con 18 años (Dom Hildebrando Casanovas) hasta hasta ancianos con 82 (P. José Mª Fontseré). A pesar de la supuesta protección de la Generalitat que tenían siete monjes (cuatro padres, que eran José Mª Fontseré, Domingo Mª González, Juan Mª Roca y Ambrosio Mª Busquets; dos hermanos coadjutores: Eugenio Mª Erausquin y Emiliano Mª Guilà; y un benedictino visitante, P. Plácido Mª Feliú) para residir en un piso de la ronda de San Pedro de Barcelona, fueron sacados en la noche del 19 al 20 de agosto por un grupo de milicianos, uno de los cuales, después de proferir una blasfemia, empujó cruelmente al anciano P. José Mª Fontseré y le tiró por las escaleras de la vivienda donde se habían refugiado, porque las bajaba con dificultad.

A continuación, les dieron el paseo nocturno y les fusilaron en el cruce de la calle Dels Garrofers con la avenida de la Victoria de Barcelona. Los cadáveres, abandonados, pudieron ser reconocidos y amortajados en el depósito del Hospital Clínico y transportados el domingo siguiente en siete ataúdes hasta el cementerio.

Menos suerte tuvieron los restos mortales de otros monjes de la Comunidad, como el P. Odilón Mª Costa, Dom Narciso Mª Vila y Dom Hildebrando Mª Casanovas, que desaparecieron en la estación de ferrocarril de la plaza de Cataluña y aparecieron muertos en el depósito del Clínico el 29 de julio, sin que nadie los reclamara, siendo así arrojados a una fosa común del cementerio sudoeste de Barcelona.

«Menos suerte tuvieron los restos mortales de otros monjes de la Comunidad, que desaparecieron en la estación de ferrocarril y aparecieron muertos en el depósito del Clínico»

De los 23 mártires montserratinos, uno fue asesinado junto con la Comunidad de El Pueyo, como ya hemos dicho. Diecinueve eran catalanes, tres castellanos y uno vasco. Varios destacaban en el aspecto cultural e intelectual, como el P. Luis Palacios, orientalista, catedrático en Roma y autor de valiosas gramáticas de lenguas semíticas; el latinista P. Domingo González; el helenista P. Odilón Costa; el historiador P. Veremundo Boqué; los compositores P. Ángel Rodamiláns, Dom Francisco Sánchez y el Hermano Ildefonso Civil, y el musicólogo P. Juan Roca. Además, en los oficios artesanos del monasterio cabe resaltar figuras como el sastre Hno. José Mª Jordà y el impresor Hno. Eugenio Mª Eurasquin.

Es precioso constatar la disposición martirial con que los monjes de Montserrat afrontaban todo lo que pudiera acontecerles, incluso hasta la muerte, como efectivamente sucedió en el caso de los mencionados 23. Así, conforme a los testimonios recogidos para la Causa de beatificación y canonización:

-El P. Prior, Dom Roberto Grau, aseguraba que “mi corazón se encuentra en una dulcísimo expectación” y que aceptaba a ciegas la voluntad de Dios.

-El P. Fulgencio Albareda, al ser detenido en Tarrasa, afirmó “ofrecer su vida a Dios por la salvación de España”.

-El P. Domingo González indicó al hermano de un monje que “yo ya he ofrecido mi vida a Dios cuando entré en religión, y de muy buen grado la daré por Él si llega el momento”.

-El P. Odilón Costa manifestaba repetidamente a un compañero “su extraordinario deseo del martirio”.

-El profeso temporal (junior) Dom Narciso Mª Vilar decía a algunos compañeros: “¡Cómo me agradaría ser mártir!”.

-El Hno. Emiliano Mª Guilà, conversando con un compañero del servicio militar a principios de 1936, le dijo estar seguro de que habría “persecución y que presentía que él no se libraría de la muerte, lo cual, en vez de perturbarle, le hacía estar contento, porque moriría por Dios”.

Regogemos sus nombres, dignos de ser recordados: los PP. Roberto Mª Grau (prior), Fulgencio Albareda (mayordomo), José Mª Fontseré, Pedro Vallmitjana, Domingo González, Juan Roca, León Alesanco, Luis Palacios, Ambrosio Mª Busquets, Plácido Mª Feliú, Odilón Mª Costa, Ángel Rodamiláns, Sebastián Mª Feliú, Veremundo Mª Boqué y Raimundo Lladós (que residía entonces en El Pueyo y fue asesinado en Barbastro, aunque era profeso de Montserrat); los clérigos Dom Francisco Sánchez, Dom Narciso Mª Vilar y Dom Hildebrando Mª Casanovas; y los Hermanos Bernardo Vendrell, José Mª Jordá, Ildefonso Civil, Eugenio Mª Erausquin y Emiliano Mª Guilà.

NO NOS ARRANCARÉIS LA MEMORIA



Categorías:Memoria histórica

3 respuestas

  1. Les sugiero la lectura del libro: «El 19 de juliol de 1936 a Montserrat de Dom Narcis Xifra y Riera

    Se lo recomiendo especialmente al amigo MIQUEL

    Me gusta

  2. Parece que los monjos han dicho:

    «Si no puedes con ellos, únete a ellos»

    Así, la mejor manera de (intentar, que no es seguro ) evitar otro genocidio católico y de volver a ser martirizados por los ERC y antisistemas del momento es…ser ellos.

    O mejor aún, ser más ERC que el ERC.

    Y si hay menos católicos para torturar y asesinar, pues mejor:
    La religión de la tierra tiene que desaparecer por atraer a estos asesinos como un pararrayos los rayos.

    Pues, nada: buena suerte y que les funcione.

    Porque no hay dos sin tres:

    Ya ha habido dos repúblicas masonicas bananeras y habrá otra tercera.
    Y como habrán aprendido de la experiencia, de la tercera no se salvará ni el apuntador.

    Heil Pujol!

    Me gusta

  3. Qué pronto se nos olvida la Historia.

    Me gusta

Deja un comentario

DESPERTA

Red sociocultural