¡PATRIA Y VIDA! 

Tiene razón el gobierno socialcomunista de Pedro y sus socios maraqueros de Galapagar. Cuba no es una dictadura. Cuba, en realidad, es una mierda de Estado totalitario. Un Estado fallido mantenido artificialmente, por la Unión Soviética hasta los noventa, y en la actualidad, por las divisas de los cubanos en la diáspora. Una nación a la deriva en un agujero negro, gobernada por corruptos y gorrones, y amordazada por una propaganda y una verborrea pringosa, que ni vence ni convence desde hace años.  

Superado por las circunstancias, el régimen ya solo puede contener la decepción y el hartazgo con su ejército de matones y policías armados con trancas de marabú. El único recurso marxista que le queda, es el de abrir cabezas sin compasión de los siempre inoportunos y molestos hambrientos de pan, justicia y libertad. El gobierno de Miguel Díaz-Canel a estas alturas de la historia, ni siquiera tiene que esconder sus manos manchadas de sangre. Sabedores que los sátrapas de izquierdas poseen una superioridad moral incuestionable, justificar la tortura, la represión y la muerte de civiles es un simple trámite administrativo. Oficio no les falta. Basta escuchar los infumables discursos en los medios cubanos oficiales, para darse cuenta que viven en otra galaxia.  

Diubis Laurencio Tejeda sería ejecutado por oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria, el pasado 12 de julio durante el transcurso de una protesta en el barrio de La Güinera, en La Habana. Su delito: manifestarse pacíficamente contra seis décadas de comunismo casposo, que somete, veinticuatro horas al día, al tedio más absoluto y una desesperanza sin final aparente a once millones de cubanos. Las autoridades revolucionarias intentaron justificar la muerte de un joven de 36 años, argumentando que era, una vez más, un delincuente. A pesar de su color de piel, la patronal del antirracismo global, se quedó muda en esta ocasión. La vida de los afrocubanos baleados por el marxismo-leninismo parece que nunca importan.  

El totalitarismo político, económico, cultural y social que instauraron los hermanos Castro, sigue empujando a millones de personas a un presente de auto-exilio en una verdadera isla prisión, bajo un sistema que ofrece miseria para los parias y privilegios a la casta del Partido. Para los lustrosos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que gestionan el 75% de las empresas nacionales, en sectores estratégicos como el azúcar, la agricultura, la construcción, el turismo y las industrias básicas, el ascensor social y las puertas giratorias funcionan a la perfección. Para el resto, penurias, indigencia y escasez.  

Que una canción como Patria y Vida, haya cuestionado y sacudido los cimientos de la gerontocracia postcastrista, demuestra que el régimen ya no puede controlar todo lo que sucede en Cuba. El Movimiento San Isidro, nacido en diciembre de 2018, aparece cuando la censura quiso, una vez más, controlar las actividades artísticas y culturales en el país. Desde entonces se han multiplicado las detenciones, la violación de los derechos humanos y las palizas en centros de detención y cárceles de máxima seguridad.  

 “Somos artistas, somos sensibilidad. La historia verdadera, no la mal contada. Somos la dignidad de un pueblo entero pisoteada. A punta de pistola y de palabras que aún son nada”. 

¿Y los artistas de la Ceja? Bien, gracias. Esperando cobrar el sueldo de la mamandurria sin abrir la bocaza.

¡Viva la Cuba Libre de yankees y comunistas asesinos! 

¡Patria y Vida! 

Sandra Ventura

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