Hay un mito sobre las serpientes: su capacidad de hipnotizar a las presas dejándolas inmovilizadas e incapaces de defenderse. Cierto o no, el victimario animal tiene una característica parecida. Ante un depredador, y agotada la presa, esta se deja morir entre sus fauces como aceptando un fatal destino contra el que es imposible luchar.
Esta reflexión viene a cuento de lo que está aconteciendo en Cataluña durante décadas. La población catalana se ha ido dividiendo subliminalmente en depredadores (que se disfrazan de víctimas) y víctimas (a las que se les acusa de depredadores). El nacionalismo ha tejido una red simbólica de la que es prácticamente imposible pensar una Cataluña sin una elite dirigente nacionalista copando todos los resortes de poder que la Constitución le permite, a la par que todos los abusos igualmente consentidos por los gobiernos centrales.
Durante décadas se ha estado alimentando al depredador. Y a la víctima, otrora robusta, se la ha dejado languidecer como preparando su postrer sacrificio. Una parte fundamental de la sociedad catalana nunca ha encontrado en los gobiernos de España, desde la Transición, respaldo alguno ante los atraques incesantes, primero sutiles y luego abrumadores, del nacionalismo. Las autoridades autonómicas han quebrados leyes, derechos y dignidades … y desde Madrid sólo llega un silencio cómplice.
El nacionalismo ha tejido una red simbólica de la que es prácticamente imposible pensar una Cataluña sin una elite dirigente nacionalista copando todos los resortes de poder que la Constitución le permite
El Virrey de Cataluña, Jordi Pujol, fue un niño consentido desde Madrid que bien sabía los pasos que debía dar y el ritmo que había de marcar. PSOE y PP fueron sus progenitores A y B. Y si bien Cataluña, en 1978, fue una de las regiones de España que más apoyo dio a la Constitución, solamente en cuatro décadas el constitucionalismo se ha visto reducido a cenizas. Y que nadie crea que el PSC es constitucionalista, pues su deseo más íntimo es dinamitar el texto constitucional desde el interior de sus tripas. El PSOE siempre fue mecido por la mano de PSC que obñigó a Felipe González a salvar el pellejo de Pujol en el caso de Banca Catalana. El PP consumó la traición a sus votantes catalanes con el Pacto del Majestic.
En las democracias, la casta política se convierte en la elite aristocrática que dirige las masas. Y cuando las elites traicionan a los suyos, estos primero sufren una fase desnortada, en la que aún fían sus intereses a sus dirigentes. Si la traición persiste, les domina una inercia apática y aún prestan sus voluntades (votos) a los que dicen representarles. Por fin, si la situación se prolonga angustiosamente, se retiran a un remanso sombreado a esperar la muerte política (la abstención).

Este fenómeno lo vimos cuando Pascual Maragall, contra la voluntad de muchos catalanes, incluso de sus votantes, propuso una reforma estatutaria que nos llevó a la situación actual. El porcentaje de votos real que recibió el nuevo Estatuto no llegó a un 30% del censo. Pero fue la excusa para que el separatismo tuviera un casus belli, por haber sido retocado ligeramente el texto por un Tribunal Constitucional totalmente deslegitimado por su tardanza y obediencia penosa al gobierno.
La mayoría de catalanes rechazó el Estatuto de 2006 … pero desde la abstención. Las masas democráticas cuando no se atreven a enfrentarse a sus oligarquías, no se revelan, no votan contra ellas, simplemente se retiran a la cueva de la abstención. Las elites catalanistas no consiguieron movilizar tampoco a la mayoría de catalanes para participar en su absurdo referéndum del 1 de octubre de 2017. Pero la inanición de los gobiernos de Madrid, dejaron entender que ellas eran los depredadores y Cataluña su coto. Los partidos nacionales entregaban a sus votantes a los voraces partidos nacionalistas.
Las masas democráticas cuando no se atreven a enfrentarse a sus oligarquías, no se revelan, no votan contra ellas, simplemente se retiran a la cueva de la abstención.
El fenómeno de las elecciones del 14 de febrero lo hemos visto repetirse en otros comicios con abstenciones masivas rozando el 50%, siendo paradójicamente elecciones cruciales para el destino de Cataluña y España. ¿Cómo interpretar esta incongruencia? La explicación es relativamente sencilla: una masa de electores no independentista se ha sentido profundamente abandonada por los partidos nacionales. Sólo el PSC ha sabido jugar su baza en estas últimas autonómicas haciendo una campaña más españolista que la de Vox. El PSC se ha puesto su disfraz de PSOE, reclutando el voto que antaño le había robado Ciudadanos.
Pero las cifras no cuadran. Faltan muchos votos, miles y miles, que se han quedado inermes en casa, incapaces de enfrentarse a la serpiente separatista. Ante ella, y sin sus elites, no han sido capaces de movilizarse y luchar para cortar la cabeza al reptil. Se han quedado hipnotizados, en sus casas, esperando una muerte de la que podían haber escapado si alguien les hubiera liderado. Pero no había nadie. Sus líderes estaban en Madrid, negociando unas poltronas a cambio de un territorio llamado Cataluña. Nada ha cambiado en estas elecciones, excepto quizá un voto de resistencia que no quiere creer ya en líderes ni en partidos; un voto de hastío, pero no de derrota; un voto que clama estar dispuesto a sobrevivir ante el depredador, mande quien mande en Madrid, traicione quien traicione en Madrid. Mucho se ha de ver y padecer aún en estas tierras de la Cataluña hispana, pero no todo es masa informe. Y entre el erial hay rocas inamovibles contra las que habrán de chocar los depredadores y los que los han criado.
Javier Barraycoa
Categorías:Opinión
lo e la serpiente me ha gustado. bien definido.
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Bla bla bla….
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Bla bla bla….
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No se si es hastío, miedo a la enfermedad o cobardía ante el poder independentista! Pero la realidad es ,que los que estuvimos en la maní del 8 -0, no estuvieron en las urnas. Nos jugamos mucho, quizá mas de lo que muchos se creen, pero no estuvieron en las urnas. Ellos tampoco , pero en menor proporción, pues su fanatismo, convicción y sobre todo ,intereses económicos, les hace vencer ese miedo a la enfermedad y al hastío que puedan tener. Nosotros no nos queremos enterar, esperamos a no sé qué o quien ,nos saque de este yugo, pero la verdad es que estamos hipnotizados, apáticos y cabreados, pero no lo suficientemente asustados como para reaccionar con saña por nuestra salvación, esperamos a que lo hagan otros y eso es muy difícil. Solo un Partido a derramado sudor y sangre por intentar trasmitir esa situación, pero no ha sido suficiente. Con al abstención que ha habido , era una ocasión preciosa , para que no hubiera fallado ese espíritu del 8-0 y poder dar la vuelta a la tortilla, pero no, seguiremos esperando a que venga alguien, como anteriormente,a resolver la situación . Una gran pena, pues contra mas tiempo se prolongue esa enfermedad que nos oprime, más radical y dolorosa será la cura
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El actual Gobierno de España desmotiva y atonta a la gran mayoría de la población, menos mal que parece que Vox quiere defender los valores esenciales de los españoles.
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Excelente artículo, Javier. Para enmarcar.
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Absolutamente de acuerdo con Vd.
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ELECCIONES CATLANAS ,2021
CENSO:5.623 .962
ERC : … 602 658
JUNTS…………567.421
CUP:……………188.830
PDCAT. ……76 .967
TOTAL SEPARATISTAS 2021 :1. 435. 876
TOTAL SEPARATISTAS 2017 :2. 079.340
VOTOS SEPARATISTAS PERDIDOS DEL 2017 AL 2021 :-643.464
N.B. PERDER VOTOS NO ES SUPERARSE.
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Siendo justos, se podría hacer el mismo análisis (votos perdidos del 2017 al 2021) con los votos constitucionalistas. No hay con qué conformarse
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PONDRAS LOS VOTOS PERDIDOS POR LOS PARTIDOS CONSTITUCIONALISTAS ??
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Miquel, la cuenta de los votos es la siguiente: Cataluña tiene 7.722.203 habitantes de los cuales 1.340.214 han apoyado a los partidos que dicen que piden la independencia. Imposible.
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