Al Parlamento de Cataluña ha debatido La ley que amplía la normativa del 2008 para erradicar la violencia machista. El problema a estas alturas es discernir Qué es una mejer. O mejor dicho si los «Transexuales» son mujeres o no. Ello está llevando en todo el territorio nacional a una agria polémica entre feministas de toda la vida (las que dicen que la mujer no puede tener pene) y las que afirman que los «trans» son mujeronas de verdad, apesar de mantener su atributo masculino.

Aquí en Cataluña como somos más guays y como parece que la pasta sobra, se ha decidido incluir a los «travelos» en la categoría de mujer y, por tanto, podrán acceder a la paga por violencia doméstica y sufrir violencia machista.

Ante el lío, Beatriz Silva, diputada del grupo Socialista explicó que el sujeto de esta ley han de ser las mujeres “sin más etiquetas”, tal como se establecía en la norma del 2008. Y subrayó que las violencias que sufren las personas no binarias (no nos pregunten qué significa) deben abordarse en las leyes de no discriminación. Lo que sufren no son violencias machistas sino tránsfobas (toma ya, tránsfobas).

Desde Ciudadanos, Munia Fernández-Jordán, aplaudió una ley que considera que amplía derechos de las mujeres trans y “combate el auge de las posturas tránsfobas”. Una línea en sintonía con el “feminismo liberal” de Ciudadanos. Vaya quién iba a decer que C´s es más progre que los sociatas.

En definitiva, la cuestión es que incluso los que tienen titola y se sienten mujeres, también tienen derecho a la paguita.

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