Una de las gestas militares para la Corona de Castilla de las que siempre se habían sentido más orgullosos los vascos, en los tiempos anteriores al nacionalismo, fue la toma de la estratégica villa de jiennense de Baeza, en 1227, en la que 500 caballeros vascos encabezados por el propio señor de Vizcaya, don Lope Díaz de Haro, en tiempos del gran rey reconquistador Fernando III de Castilla y León, uno de los grandes monarcas por antonomasia de la Reconquista española.

En 1212 había tenido lugar la histórica victoria cristiana en la batalla de las Navas de Tolosa, en tierras de Jaén, contra las tropas invasoras del imperio almohade, que tenía su centro en el actual Marruecos y dominaba todo el sur de España desde hacía décadas. Uno de las consecuencias de la gran victoria fue el inicio de la desintegración del imperio almohade. Empezaron a surgir taifas musulmanas aunque la mayoría de ellas aún fueron dominadas por el poder almohade. Una de las taifas fue el llamado reino de Baeza dominado por un príncipe musulmán llamado Abd Allah Al Bayasi. Conocido por los cristianos como “El Baezano”. Este noble moro, que dominaba un territorio entre las actuales provincias de Jaén y Córdoba, se declaró vasallo de Fernando III y permitió el acceso a sus principales castillos a soldados cristianos.
Pero como ocurrió otras veces durante la Reconquista, el pueblo musulmán, descontento con aquellos de sus gobernantes que se sometían a los cristianos, se sublevó contra el Baezano, que fue ejecutado por los rebeldes, quienes a su vez, entregaron el territorio al califa almohade, Al Manun. Los soldados cristianos en los castillos quedaron sitiados y en situación precaria. Se produjo un duro asedio musulmán contra los cristianos del castillo de Baeza, que eran caballeros de la Orden de Calatrava, una de las principales órdenes militares de la Reconquista española, encabezados por su Maestre, Gonzalo Ibáñez de Novoa. Aprovechando un descuido de los sitiadores los cristianos lograron montar en sus caballos e iniciar la huida, rompiendo el sitio pero entonces, según la tradición, los guerreros cristianos vieron una gran cruz brillante en el cielo, que interpretaron como un milagro y una señal de la Providencia divina para que no huyeran y volvieran a defender el castillo.
Eso hicieron, y el duro asedio, con máquinas y catapultas, continuó. La resistencia cristiana fue heroica y dio tiempo a que llegase un socorro de 500 caballeros y soldados cristianos, enviados por Fernando III. Eran guerreros vizcaínos liderados por el propio señor de Vizcaya, Lope Díaz de Haro. La llegada de este refuerzo se produjo justo a tiempo ya que los defensores cristianos estaban en una situación límite. Poco después los defensores, con especial protagonismo de los vizcaínos, con el Maestre y el señor de Vizcaya al frente, llevaron a cabo un audaz ataque con sus lanzas y espadas para despejar los aledaños del castillo de atacantes moros, cosa que consiguieron después de una dura lucha. Finalmente las fuerzas del rey Fernando III lograron liberar definitivamente Baeza el 30 de noviembre de 1227, asentando así el dominio cristiano en la zona. Los pobladores musulmanes supervivientes de los combates huyeron a la ciudad de Granada, donde se dice que fueron ellos los que fundaron el histórico barrio del Albaicín, que es aún hoy, una de las mayores atracciones turísticas de Granada. Poco después se inició la desintegración definitiva del califato almohade.
Fue una de las gestas más brillantes de la Reconquista, tan abundante toda ella en hazañas y proezas. El señor de Vizcaya D. Lope Díaz de Haro fue apodado desde entonces “Cabeza Brava” por su coraje en la lucha contra los moros. Este hecho siempre se consideró uno de los más brillantes momentos militares de los vascos, siempre al servicio en la Historia, de Castilla y de España. Vascos que, como vimos tuvieron un fuerte protagonismo en diversos momentos de la Reconquista. Aunque, por desgracia, hoy en día el nacionalismo vasco procure ocultar en la medida que puede estos auténticos episodios de gloria de la historia vasca.
Rafael María Molina
Categorías:Hispania
Es que los racistas nazionalistas cromañones nos han hecho creer que los «vascos» es un reducto aislado desde los tiempos de Maricastaña hasta hoy; únicamente relacionados con los georgianos del Cáucaso porque ambos usan un carro de bueyes similar…etc
Los vascos participaron en la reconquista y repoblación de España y los vascos participaron en la conquista y colonización de América.
Como cualquier otro grupo español, por otra parte.
La razón es obvia:
Una manera de aprovechar las oportunidades para vivir mejor; porque las tierras no podían dividirse entre los hijos, porque la familia tarde o temprano se quedaba sin nada y con ello perdía su poder político y económico y su capacidad de luchar (poder pagar caballo, escudero, armas y entrenamiento profesional desde niño)
Heredaba el hijo mayor; y los demás tenían que buscarse la vida en la «Iglesia, mar o Casa Real».
El carácter «noble» que se les reconocía les abría oportunidades en el ejército; su limpieza de sangre, que se les presumía (es un mito, pero funcionó) les garantizaba el trabajo donde ésta se exigía, la Iglesia en aquellos cabildos en que se exigía y la Casa Real, donde desde Felipe II era obligatorio.
Precisamente la pérdida del carácter «noble» de estas poblaciones con los liberales (durante Fernando VII) es uno de los descontentos que favorecen las guerras carlistas primero y el nacionalismo vasco después.
Si vascos hubo en la conquista de Baeza, esos vascos recibieron tierras en Baeza para repoblar.
Con ello el Rey premiaba el servicio de armas y servía de pago por su inversión en la aventura; y servía también para asegurar y consolidar la conquista. De hecho, si la conquista no fue más rápida, fue precisamente porque no hubo gente suficiente para repoblar.
Y una vez liberada Baeza, se fomentaba el asentamiento de gente del norte, entre ellos de las provincias vascongadas, que iría buscando oportunidades para vivir mejor.
Para atraer repobladores les daban tierra, perdón del pago de impuestos durante X años y otros beneficios que quedaban plasmados en las Cartas Puebla y en los Fueros de población.
Las entregas de parcelas de tierra y casas a los repobladores quedaban reflejadas en los Libros de Repartimiento. El más famoso es el de Valencia, donde se ve que quienes la repoblaron no fueron vascos sino principalmente aragoneses.
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Es evidente que en el pais vasco no tienen un Institud de Nova Historia que les explique la verdadera historia de los vascos y no la que les ha impuesto España..
¡Qué suerte tenemos los catalanes!
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Los descendientes de los caballeros que participaron en la batalla de Baeza y ellos mismos obtuvieron el derecho de portar en su escudo de armas una bordura de gules con ocho aspas de oro por haber sido el día de San Andrés. Cuando vean una heráldica con ese blasón, a eso de debe.
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D. López de Haro no era Vasco, era castellano de Burgos y fundador de Bilbao. Por lo menos es lo que me enseñaron hace muchos años.
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D. López de Haro no era Vasco, era castellano de Burgos y fundador de Bilbao. Por lo menos es lo que me enseñaron hace muchos años.
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