Colau, Colau, que odias a los turistas, a los hoteles, a los agoreros, a la gente normal que vive y trabaja en Barcelona; ahora Colau te has «acojonau». Los turistas huyen, los hoteles se vacían, no entra pasta en la ciudad. Por fin has descubierto que el capitalismo no es tan malo.

Por eso has citado en el Ayuntamiento a los representantes consulares de 90 países para explicarles que no pasa nada que en el Raval no muere gente asesinada, que tenemos los mejores bomberos del mundo para apagar los incendios provocados por los que jaleabas a hacer la revolución.

Ahora quieres convencer a todos los países que ciudad es la misma ciudad donde podías venir como turista y te robaban según los cánones de la ONU. Que Barcelona sigue siendo yuppi-guay a pesar de que te pueden romper la cabeza de un adoquinazo. Venga reconócelo, ahora sí que te interesa que venga hasta la chusmilla de los pisos turísticos.

Lo primero que tienes que hacer es restablecer los antidisturbios de la Guardia Urbana, dejar de atarles las manos y verás como todo empieza a funcionar un poco mejor.

Categorías:POLÍTICA