Sino fuera porque es de Chiste, diríamos que es de Chis-Torra. El preso que dice que no lo es, que el verdadero presidente está «cagau» en Waterloo, ya tiene su guardia pretoriana. Como todo el «prucés» es cáustico, surrealista, y como fruto de una ingesta indebida de hongos alucinógenos, resulta que sus más adeptos en una banda de motores.

Se hacen llamar los «ESCAMOTS CATALANS MOTARDS». (la palabra Escamot, por desgracia nos recuerda a los patrullas de control que asesinaron a tantos catalanes en 1936). No tiene sonido, pero sí va mostrando un texto en catalán.

El grupo de motoristas  se define como un «bloque de contingencia» de «milicias» y «patrullas» que pretenden «luchar hasta el final o morir» por un Estado catalán . Empiezan a ser conocidos por su horterada vestimenta, su tono rudo y porque se las dan de ser la guardia pretoriana de Chis-Torra (que por su parte parece un profesor de matemáticas maltratado por sus alumnos de 4º de ESO).

Se pueden leer declaraciones de los moteros: «No apoyamos ninguna actividad violenta, pero (…) llegado el momento, haremos lo que haga falta y sea necesario para defender la implantación de la República».

El pasado 1 de febrero, los Escamots Motards se organizaron para una salida de mayor envergadura: se echaron con sus motos a la carretera para realizar una labor de «escolta y custodia» de los denominados «presos políticos» en su traslado desde la cárcel de Brians hasta los centros madrileños de Soto del Real y Alcalá Meco para el inicio del juicio en la Audiencia Nacional.

ya han librado una batalla particular con las autodenominadas brigadas de limpieza que hace unos meses se llevaron una estelada gigante de hierro colocada en Amer. «La puta chusma del fascismo», proclamaron los EMC. «Desde aquí os invitamos a volver si tenéis cojones, que la próxima vez los mossos llegarán 30 minutos más tarde. Os sacaremos las tripas a golpe de hoz». En marzo, varios de estos motoristas participaron en el hostigamiento al que varias decenas de vecinos de Verges (Gerona) sometieron a 15 quitalazos que acudieron a retirar con pértigas las esteladas que colgaban de las farolas del pueblo.

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