Albert Rivera completó este martes junto a Celestino Corbacho una nueva operación estrambótica a la que nos tiene acostumbrados Ciudadanos. Cuando Valls parecía haberse salido con la suya, cuan niño malcriado. Con tres regidores en Barcelona, había dejado en ridículo a Rivera y su política de Pactos.

En Barcelona el voto de mucha gente que se siente de derechas, y que se entregó a Valls, ha servido para que Colau siga siendo alcaldesa. Todo ello ha llevado a C´s al borde de las crisis. Y más cuando uno de los regidores que estaban al lado de Valls era el fichaje estrella Corbacho.

Pero el guión ha tenido un giro inesperado. Corbacho es mucho Corbacho y su olfato político está afinado. Valls huele a Zombi político y a Ciudadanos le queda suficiente recorrido como para jubilarse ahí.

Por eso, en sólo 48 horas, Corbacho —exalcalde de L’Hospitalet (PSC) y exministro del PSOE— ha pasado de alinearse con Manuel Valls y de votar la investidura de Ada Colau a romper con el exprimer ministro de Francia.

¿Qué ha pasado? que investida Colau, Rivera ha movido pieza. ha recuperado a Corbacho. Pero ¿qué precio han tenido? fuentes autorizadas no dudan: «Se ha llevado la promesa de un cargo, quizás en la Diputación de Barcelona, al frente del grupo de Ciudadanos». Nuevamente se comprueba que en la política democrática la generosidad brilla por su ausencia.

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