Nada por aquí, nada por allá. Y las … aparece el rastro de 1,8 millones de la chistera de los Pujol en Andorra. El dinero fue ingresado en efectivo en la antigua Banca Reig, actual Andbank. Como al gran público, nunca se comunicó su existencia a la Agencia Tributaria hasta que al final del espectáculo afloran las sorpresas.

La entrada de los fondos se produjo el 21 de septiembre de 2000, cuando Pujol estaba en pleno ejercicio del cargo. Los avispados que han descubierto el truco de magia son los de la Oficina Nacional de Investigación contra el Fraude (ONIF) de Hacienda que acaba de ser remitido al Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

En esa Audiencia se investiga desde 2012 la presunta (todavía hay que usar esta palabra) trama de corrupción del clan Pujol. La pasta fue traspasada de mano a mano por obra y gracia del inclino primogénito: Jordi Pujol Ferrusola. Sin embargo, el dinero quedó depositado en una cuenta, la número AND 63810, cuyo titular real era el padre de familia. Su hijo únicamente habría ejercido en ese depósito un papel “fiduciario” o de testaferro.

Jordi Pujol padre nunca declaró esa fortuna y que el origen de los fondos es “desconocido”, ratificando de ese modo las conclusiones formuladas previamente por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional, que fue la primera en analizar los depósitos de la familia en el Principado y determinó que, entre 1990 y 2014, el clan llegó a amasar 70,4 millones de euros.

¿Veremos algún día al patriarca en la cárcel? se admiten apuestan, pero no apuesten por el SÍ.

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