Dehesa en Albacete
Cuando hablamos del proceso histórico que constituyó la Desamortización, normalmente se piensa en la Desamortización eclesiástica de Mendizábal (1837- 1844), que constituyó en la expropiación y posterior venta de las propiedades de los monasterios, lo que redundó en la desaparición física de la mayoría de ellos.
Pero la desamortización más importante fue la de Pascual Madoz, que comenzó en 1855 y que se prolongó prácticamente hasta los mismos comienzos del siglo XX. Se completó la desamortización eclesiástica y se acometió la expropiación de los bienes estatales y municipales, especialmente las tierras comunales. Esta desamortización tuvo profundos efectos medioambientales y sociales. En efecto, se ha calificado a la Desamortización como el “mayor desastre ecológico” que ha padecido nuestro país. ¿Por qué?
La Desamortización de Madoz puso en circulación cientos de miles de fincas rústicas (muchas de ellas forestales o con fuerte presencia forestal) para que se pusieran en explotación y, en teoría, generar riqueza económica. Sin embargo, la especulación fue la gran beneficiada de este proceso, y la gran mayoría de los montes que pertenecían a estas fincas fueron descuajados o talados, bien para ampliar tierras ganaderas y agrícolas, o bien para fabricación de carbón para diversos propósitos. La deforestación experimentó un drástico avance tras la Desamortización.
En Castilla-La Mancha un buen ejemplo lo constituyó el Valle de Alcudia y la Sierra Madrona, en Ciudad Real. Esta provincia fue en la que más fincas y más superficie forestal fueron desamortizadas en toda España. En el Valle de Alcudia grandes fincas dedicadas al mantenimiento de ganadería merina trashumante pertenecían, primero, a la Orden de Calatrava y luego a la Corona. Pero también se conservaba una superficie nada despreciable de los robledales autóctonos de la Península.
Con la desamortización, en el Valle de Alcudia y la Sierra Madrona los bosques que sobrevivían fueron definitivamente talados para ampliar dehesas para la ganadería trashumante y también debido a la actividad minera (minas de plomo) que experimentó la región durante el cambio de siglo, en muchas de las fincas que antes eran de la Corona. Esto tuvo consecuencias para la fauna y la flora autóctonas: en 1879 estaba documentada en los montes de Fuencaliente la presencia del pito negro (Dryocopus martius), un pájaro carpintero que hoy día vive sólo en el área cantábrica y pirenaica, y que en la Mitad Sur sobrevivía en los robledales de los montes más inaccesibles. Hoy día no hay ningún pino negro al Sur de la Cordillera Cantábrica.
A comienzos del siglo XIX, todavía había osos pardos en la Sierra de Alcaraz, la Sierra de Albarracín o las Sierras de Gata y las Hurdes. A raíz de la deforestación, la caza del oso fue más fácil y al terminar el proceso desamortizador, el oso pardo había desaparecido al Sur de la Cordillera Cantábrica. También, en pleno proceso de la Desamortización de Madoz, entre 1855 y 1859 está documentado que los Montes de Toledo y Sierra Morena eran las regiones peninsulares con más muertes de lobo ibérico.
También hubo consecuencias sociales. Al desaparecer los montes comunales, se dio al mundo rural el primer gran golpe a su modo de vida, provocando el primer gran éxodo rural: hacia las ciudades donde (¡casualidad!), se necesitaba mano de obra para los grandes Ensanches que se planificaban ya. Y también hacia América, donde se produce la primera gran oleada migratoria de campesinos pobres en busca de una vida mejor.
Eugenio Fernández: Fuente Eldiario.es
Categorías:HISTORIA
somatemps.me 
He leído en la Web cómo los masones intentaron hacerse con los pinares de Valsaín, propiedad de la Corona.
Los vecinos de Segovia se opusieron por el valor del pinar.
Pues bien, si miras el google maps satélite y tecleas Valsaín, verás la mancha verde de los pinares en medio de una enorme mancha marrón de lo que, por ser propiedad privada, desapareció.
Si los corruptos masones se hubieran salido con la suya, hoy toda esta zona, con un valor ecológico importantísimo, sería un erial, como el resto de Castilla.
Cosas de la ambición sin moral ni freno.
Y ahora los mismos se quejan del cambio climático, a ver si cuela.
Yo creo que habría que hacer en Valsaín un monumento a los heroicos vecinos de Segovia.
Para demostrar que frente al egoísmo de los de siempre, todos juntos, sí se puede.
Aunque se hayan enfrentado a los oscurantistas de la ilustración, el progreso y la libertad de su bolsillo.
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La Desamortización fue la manera como la masonería roba las tierras de los vecinos de los ayuntamientos, las que financiaban el funcionamiento de la Casa Real, las que pertenecían a la Iglesia Católica y órdenes religiosas, las que pertenecían a las Universidades, Colegios, hospitales…
Es falso que fuese una «desamortización».
Para declarar que una propiedad no puede declararse invendible no es necesaria robarla. Simplemente se declara la posibilidad de ser vendida.(En Inglaterra, las Universidades, Colegios, hospitales, gremios… conservaron sus propiedades; solo se roba los bienes eclesiásticos manteniéndosee las capellanías privadas -a cambio de. pagar un sueldo al clero-. Tampoco se roban los bienes de la Corona ni los del Príncipe de Gales, que siguen existiendo como entidades privadas para cumplir sus fines (hay un pequeño paréntesis con Cromwell)
Además estas propiedades sí que podían ser hipotecadas, por lo que parte de la función que en teoría cumpliría una «desamortización», sí que se cumplía.
De hecho, junto con las desamortizaciones se declara la prohibición de los mayorazgos (y la masonería no los roba) (por cierto, que en Inglaterra existen los mayorazgos; y el país no se ha hundido)
El hecho de sacar todas las propiedades al mismo tiempo hace que, como sabe cualquier comerciante, bajen de valor, por la ley de la oferta y la demanda; pero de eso se trataba.
La subasta pública, porque era y es la manera de legitimizar el robo.
Los objetivos económicos de las desamortizaciones es que los burgueses se asimilen a los nobles al adquirir tierras.
Los objetivos políticos, a parte de intentar destruir a la Iglesia Católica, fue poner al Rey y sus ministros en manos de la masonería, que es quien controla el Congreso (y que sin bienes propios, depende anualmente de ella -las partidas presupuestarias- para vivir); Intenta convertir al clero en funcionarios dependientes de los corruptos políticos (como sucedió en Inglaterra y después en Francia)
Los resultados sociales fueron la creación de latifundios, la creación de una clase social ociosa y absentista, y el empobrecimiento de la población, que podía aliviar su pobreza con el pasto en los terrenos comunales y la recogida de leña como combustible.
Los resultados económicos fueron el empobrecimiento de España: esa burguesía que de otro modo hubiera invertido en la naciente industria, ahora no invierte y por tanto atrasa el país: Como los intereses de los industriales y los de los productores de materias primas (como la agricultura) son contrapuestos, los nuevos propietarios agrícolas impiden la industrialización.
Además sienta el precedente de que la única manera de hacer dinero no es fabricando y vendiendo nada, sino especulando con solares (hubo mucha propiedad desamortizada en las grandes ciudades )
Con respecto a Barcelona, crea la necesidad de una autonomía que proteja a la industria catalana de los políticos latifundistas salidos de la desamortización.
Crea un grave problema socio-político: las funciones sanitarias, sociales y de educación que antes realizaban las órdenes religiosas y las Universidades gratuitamente, ahora, por ley, tienen que hacerla los municipios (pagado por los vecinos).
Este ataque de una minoría contra la mayoría es lo que fomenta las guerras carlistas.
Por último, fomenta la independencia de Filipinas: robar las tierras de la Iglesia y los Colegios.
Hay consecuencias artísticas muy graves también:
Desaparecen o se arruina buena parte del tesoro artístico español: los edificios desamortizados en las ciudades se derriban para construir casas. En el campo, se utilizan como cantera de materiales de construcción (ej tejas).
Las desamortizaciones, junto con la Invasión Francesa, que tanto alaba Perez Reverte (dice que desciende de un bastardo francés invasor) supone la salida masiva de cuadros al extranjero. Las esculturas de madera, que no tienen salida comercial, simplemente se perdieron.
Parece que este país está obsesionado con no salir de la miseria y permanecer en el atraso.
La manera como los países se han enriquecido y, por ello, modernizado, ha sido con la industria. Nosotros, de una manera o de otra, evitamos como sea crear industria. Y cuando lo hacemos, como pasó con Franco, viene Felipe González, (responsable también de la especulación masiva del suelo) y cierra las fábricas con la excusa de la «reconversión» industrial.
No tenemos remedio.
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