Todos soñamos ser como Pablo
para escapar de la pestilente Vallecas
llena de obreros y yonkis con Xibecas.

Todos soñamos ser como Pablo
y diseñar la Revolución
desde la piscina de nuestro casoplón.

Ultra Pop. Gibraltar

Las memorias que tengo ganas de leer con interés son las de los Marqueses de Galapagar, Pablo e Irene. Espero que por respeto al lector, no omitan ningún capítulo de sus trepidantes vidas en pro de la masa proletaria, su dignidad y liberación final. Sería importante que describiesen con todo lujo de detalle cómo se dijeron I love you en mitad de una acción antifascista clandestina, mientras arriesgaban sus propias vidas y la de sus fieles camaradas de comité en un escrache televisado por la Sexta. Camaradas que al final, serían purgados uno tras otro sin piedad como les suele pasar a los leninistas de manual. Tras no dejar títere sin cabeza, nuestros tortolitos completaron el enroque agenciándose el chiringuito de Podemos, un canal de televisión por internet y cobrando cada mes dos nóminas cortesía de la monarquía parlamentaria y el pueblo español a los que desprecian sin disimulo.

También tengo curiosidad por saber quién escogió el color de las cortinas de la dacha, puso nombre al gato persa y a qué dedican el tiempo libre. Esto último puede que ocupe un par de lineas, porque al ser tan revolucionarios ambos, cuando no están montando una huelga de obreros de la siderurgia en Oviedo, están pergeñando planes quinquenales para el presidente mendrugo de Venezuela.

Todo lo que puedan explicar de más, será pura filfa, adorno para los creyentes y metáfora viva de la universal Rebelión en la Granja. Como las memorias de Pedro Sánchez, el presidente Vaselina.

Sandra Ventura

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