Portavozo/a de la CUP/CUPA/CUPO

La CUP solo dispone de cuatro diputadillos en el Parlament. Las encuestas dicen que si se celebraran nuevas elecciones podrían llegar a levantar el vuelo y conseguir 7 u 8 diputadillos más. Conclusión: hay que radicalizarse y, a poder ser, que se vuelvan a celebrar elecciones regionales. El tema consiste en mantenernos perpetuamente en movimiento.

Por eso, hay sábado, han dado un golpe mortal al plan de Junts per Catalunya de investir a Jordi Sànchez como presidente de la Generalitat. El consejo político de la CUP, tras el debate con las bases (que nadie sabe en qué consiste), ha decidido no apoyar el acuerdo pactado por las otras formaciones independentistas para desencallar la legislatura.

El portavoz de los anticapitalistas, Vidal Aragonés, ha explicado este sábado en Barcelona que sus cuatro diputados se abstendrán en ambas votaciones si finalmente la lista del president decide seguir con la investidura. Han radicalizado el discurso contra Puigdemont y sus juguetes como  la organización del Consejo de la República en Bruselas y la presidencia simbólica de Carles Puigdemont. Y denuncian: «Sus planteamientos son de sumisión a la legalidad española y de no avanzar en los problemas de las clases populares».

En el fondo quieren que les devuelvan sus seis diputados que salieron de radicales que abandonaron el voto por la CUP para prestárselo al majara de Puigdemont.

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