El Quijote en Barcelona: la misteriosa imprenta de la calle Call


Es apasionante para un catalán adentrarse en la segunda parte del Quijote, cuando visita Barcelona. A las afueras se relata el encuentro con el bandolero  Roque Guinart (en referencia al histórico bandolero Rocaguinarda). En la novela un compañero del bandolero,  Antonio Moreno, acompañará al Quijote por Barcelona. En una de las salidas del Quijote por la ciudad , se describe la visita del caballero andante a una imprenta, y allí descubre que están trabajando en la composición de la segunda parte apócrifa de las aventuras de don Quijote. Se trata de un hecho curiosisimo, pues mientras Cervantes escribía la segunda parte del Quijote se enteró que alguien había escrito por su cuenta una segunda parte apócrifa el Quijote. Se trata del conocido “falso”Quijote de Avellaneda. Cervantes incorporó esta desagradable sorpresa en el relato de la segunda parte del Quijote:

 ” Pasó adelante y vio que asimismo estaban corrigiendo otro libro; y al preguntar por su título, le respondieron que se llamaba la Segunda parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, compuesta por un tal vecino de Tordesillas.

“- Ya yo tengo noticia deste libro- dijo don Quijote- y , en verdad y en mi conciencia que pensé que ya estaba quemado y hecho polvos, por impertinente: pero a su san Martín se le llegará como a cada puerco”

Los expertos del Quijote están de acuerdo de acuerdo en que esta imprenta estaría situada en la calle Call, nº 14-16, en pleno barrio judío de Barcelona, y que correspondería a la de Sebastián Cormellas.  Actualmente el local lo ocupa una tienda llamada Dulcinea.

C/ Call, nº 14-16.

Junto a uno de los balcones se puede leer una placa conmemorativa que reza:

“Esta casa albergó de 1591 a 1670 la oficina tipográfica Cormellas. Su fachada fue restaurada por iniciativa del Excelentísimo Ayuntamiento de Barcelona, con ocasión del 5º Congreso Nacional de Artes Gráficas celebrado en esta ciudad. 1966. “

Se cree que Cervantes pudo haber visitado esta imprenta durante su estancia en 1610 en Barcelona . La tecnología que allí se usaba la convirtió en la más importante del siglo XVI. Además, se sabe que su propietario,  Sebastián Cormellas, había nacido como Cervantes en Alcalá de Henares (Madrid). Allí su padre había trabajado como impresor entre 1563 y 1565, asociándose con Blas de Robles, cuyo hijo Francisco había publicado en 1605 la primera parte de El Quijote.



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2 respuestas

  1. me prece muuy interesante. Saludos

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  2. Evidente a todas luces: el Corpus de la Cultura Hispánica no puede desvirtuarse, y mucho menos despreciarlo. No solamente por lo que se refiere a las lenguas vernáculas, sino también por lo que afecta a los grandes hispanistas ingleses, alemanes, franceses… Inclusive catalanes: A. Vilanova, M de Riquer, Badía Margarit, también músicos (Albéniz, , F. P’edrell, ..), PINTORES ( Dali, Dalmau…), ETC. ETC …Los humanistas, hombres de las artes y las ciencias de todos los rincones de la Hispania de siempre nunca pueden ser objeto de disputa, ni sus obras, ni sus lenguas…Su aportación es lo que conocemos como patrimonio español; a sus herederos corresponde la responsabilidad de trasladarlo a las generaciones venideras, íntegramente en su totalidad.

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