Las pasadas navidades los Mossos d’Esquadra se enfrentaron al Cuerpo Nacional de Policía porque estos últimos querían instalar elementos físicos (bolardos) como parte de la seguridad de la ciudad, sobre todo en las zonas más turísticas para evitar atentados.

Los Mossos, que tienen un papel predominante en la Junta de Seguridad Local de Barcelona, rechazaron públicamente el consejo. Sostuvieron que no estaban en contra de los bolardos, pero que no eran partidarios de instalar este tipo de elementos indiscriminadamente en todas las zonas propensas a ser atacadas.

Después de los atentados del 17 de agosto, la Junta de Seguridad de Barcelona ha ordenado en varias ocasiones (la última a mediados del pasado mes de noviembre) que se instalaran bolardos y maceteros en varios puntos de la capital catalana, entre ellos La Rambla. Sin embargo, fuentes de la Guardia Urbana confirman que a día de hoy no tienen conocimiento de que hayan puesto ninguno: “Desde los atentados hemos recibido varios avisos de que se iban a instalar, pero sigue sin haber presencia de ningún bolardo o maceta como medida física de seguridad”.

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