Manifiesto leído en la concentración ante la ANC en Barcelona

el 22 de septiembre de 2017

NI ESPANYA ES VOTA, NI CATALUNYA ES VOSTRA

(NI ESPAÑA SE VOTA, NI CATALUÑA ES VUESTRA)

Hoy nos hemos congregado aquí los que todavía sentimos correr por nuestras venas la sangre de generaciones de hombres y mujeres que no se dejaron nunca acobardar por impetuosos enemigos que odiaban nuestra Patria. Nos hemos conjurado en asistir a este acto, aquellos que nuestras almas de transfunden con la que amaron nuestra tierra con más ardor que todos nosotros juntos. Hoy tributamos un especial homenaje a todos los catalanes que lucharon por levantar España, ante esta sede que representa a los que quieren hundirla.

Los sucesos que estos últimos años han llevado a que el futuro de nuestra Madre Patria, se juegue en esta nuestra patria chica: Cataluña. Por eso debemos ser los catalanes los primeros en enervar nuestro genio, actuar sin desfallecer para cumplir con nuestro deber y limpiar la honra catalana que otros han avergonzado con sus palabras y actos que han concurrido finalmente en delito de sedición.

Durante la Guerra de la Independencia, cuando los pueblos de España se quedaron sin dirigentes, pues la mayoría se habían afrancesado, de la Madre Patria salieron sus mejores hijos: héroes anónimos cuya divisa eran los altos ideales de la Tradición que forjó una nación más que milenaria y un imperio entero. Eran pocos y se enfrentaban al Ejército más poderoso hasta entonces conocido, el napoleónico. Napoleón encontró suficientes traidores en Cataluña como para soñar que con ellos podría domeñar el genio popular que se escampaba por las serranías en forma de guerrillas.

Hoy Cataluña cuenta también con traidores a su ser y el de España que sueñan con una disgregación que llevaría a la muerte de la Madre Patria y la patria chica. Por eso nos hemos reunido aquí es este peculiar acto, ante esta sede de catalanes renegados, con la intención de ejecutar uno de los actos más emocionantes y simbólicos que realizan los pueblos y sus ejércitos: el izado de bandera.

Cuando la bandera se eleva sobre el mástil, se coloca entre el cielo y la tierra. Con ello se significa que es la representación de un destino y bien común que sobre pasa nuestra individualidad y egoísmo. La bandera es igualmente la representación de una comunidad que quiere trascender a sí misma ofreciéndose generosa a todos. Por eso, al izar la bandera la mirada se eleva al cielo y se aparta de las bajezas de este mundo pasajero. Nuestra Patria terrenal es principio de nuestra Patria celestial. Y solo desde esta trascendencia tiene sentido nuestra lucha, homenaje a nuestros caídos y la honra a nuestros pasados. Y cuando se iza la bandera, como un canto gestado por infinidad de generaciones, el cielo se estremece, porque todo un pueblo reclama su lugar en la historia.

Por eso España no se vota. España se forja, generación a generación, con sacrificios y sangre si fuera necesario. Y por eso Cataluña nadie nos la roba, pues de todos es y ella es el corazón ardiente de España que el separatismo trata de ahogar. En este acto más que simbólico izaremos la bandera de España, pues en ella se contienen, los pendones de los viejos reinos y señoríos, entre ellos el Pendón de Aragón o “Senyal reial”, esto es nuestra cuatribarrada que ahora han mancillado con un triángulo y una estrella, signos de la antiespaña. También en nuestra bandera bicolor, se contienen la Cruz de Sant Jordi, enseña de las órdenes de caballería y de la Diputación de Barcelona; o la Cruz de San Andrés que enarbolaron nuestros tercios y los voluntarios catalanes por medio mundo. Incluso nuestra actual divisa rojigualda, perteneciente a la armada española, fue representación de la España entera cuando fue plantada en tierra ante los embates extranjeros en los Sitios de Gerona.

Una última reflexión antes de izar esta sacrosanta insignia. Este es nuestro estandarte. La palabra estandarte proviene de la antigua expresión franca “stand-hard” que significa: “Mateneos firmes”, “sed fuertes”. Pues bien, con este acto, sellamos nuestro compromiso de permanecer firmes, sin ceder un solo ápice de terreno al nacionalismo secesionista y a cualquier forma política que adquieran los enemigos de España. Rindamos honores a nuestra bandera, para que no tengamos que rendirnos ante la humillación de no haber cumplido con nuestro deber. Así lo demanda lo que más amamos: nuestras familias, nuestra Patria y nuestro Dios.

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