Una oficina que veo cada vez que voy al Consejo a trabajar. Está a 50 metros de la Comisión y el Consejo de la UE. No quiero ni imaginar el coste sólo del alquiler. Todo para nada, porque en el mejor de los casos podrá representarse ante el comité de las regiones, un órgano puramente consultivo y único sitio donde se puede hablar catalán por decisión de la UE. Será que la UE odia a Cataluña también.
En resumen, dinero tirado para montar el enésimo numerito propagandístico de nula utlidad política, económica o social.
Una oficina que veo cada vez que voy al Consejo a trabajar. Está a 50 metros de la Comisión y el Consejo de la UE. No quiero ni imaginar el coste sólo del alquiler. Todo para nada, porque en el mejor de los casos podrá representarse ante el comité de las regiones, un órgano puramente consultivo y único sitio donde se puede hablar catalán por decisión de la UE. Será que la UE odia a Cataluña también.
En resumen, dinero tirado para montar el enésimo numerito propagandístico de nula utlidad política, económica o social.
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