Cuarenta y ocho horas después de que el PP y el PSOE firmaran el pacto antiterrorista en Madrid, el 14 de diciembre de 2000, una bomba acabó con la vida del concejal del PP Francisco Cano Consuegra, de 45 años, casado y con dos hijas . Cano era el único concejal del PP en Viladecavalls, donde tenía un taller de fontanería y electricidad. Cuando el edil acudía a su trabajo, una bomba de cinco kilos de explosivo colocada por los terroristas bajo el asiento de su vehículo estalló provocando su muerte. Veintitrés días después del asesinato del ex ministro socialista Ernest Lluch y por tercera vez en menos de tres meses, ETA volvía a actuar en Cataluña con su odio y vileza.

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¿En nombre de la paz?
ETA ha asesinado a más de 800 personas muerto Franco.
Nosotros ya teníamos paz; la que salió de derrotar los partidos totalitarios del Frente Popular (socialista, comunista y anarquista), que querían imponernos con las armas aquí una dictadura del «proletariado». Y, naturalmente, la que resultó de evitar el que el Frente Popular, una vez ganada la guerra, crease una guerra civil entre la coalición para imponer «su» versión de la dictadura del «proletariado».
Por el poder de la URSS, el ascendiente que dió su ayuda a la República, y por la política estalinista de no permitir partidos de extrema izquierda distintos al partido comunista (de la URSS), hubieran ganado los comunistas. Y los masacrados hubieran sido los socialistas y los anarquistas.
Así, que después de 2 guerras civiles consecutivas, hubiéramos acabado como Ucrania, con sus purgas y sus hambrunas provocadas. La paz de los muertos.
Asesinar a un padre de familia, trabajador de pueblo, no es ninguna acción de paz. Muy cobarde: poner una bomba debajo del asiento.
Y destrozando y arruinando una familia de bien.
Con la complicidad del PNV.
Caro nos está costando el cupo.
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