Premios literarios en catalán ante el mito de su prohibición


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Hoy en día se nos explica una fábula según la cual durante 40 años el catalán estuvo prohibido y perseguido. Nada más falso. Una cosa es que el catalán no tuviera condición de lengua oficial (como no la tenía en Francia) y otra muy distinta que estuviera perseguido. La realidad es que a partir de los 50 la cultura catalana vivió un periodo de auge, muchas veces con apoyo oficial y se publicaron miles de libros en catalán a partir de entonces. En la dictatorial España franquista el catalán vivía un renacimiento que no podía ni soñar en la democrática Cataluña francesa del general De Gaulle.

El gran auge de los premios literarios en catalán se fija en torno a 1951. Y alrededor de un hombre: Josep María Cruzet, inolvidable varón con un genuino sentido catalán. Creó las ediciones Selecta para obras en catalán. Los premios literarios catalanes comienzan a ser lanzados desde la Casa del Libro. Surgen varios premios como el Rafael Campalans destinado a estudios sociales, el Amadeu Oller para poesía inédita, varios para teatro (Folch i Torres, Ruyra y Sagarra) y para ensayos religiosos Carles Cardó.

Entre las obras de ese tiempo brillan con luz propia el “Carrer estret” de Josep Plá, una de las más bellas narraciones en catalán o el “Final de Laberint” de Salvador Espriu. Se crea el premio Sant Jordi en 1960, para novela, que se concedía en un solemne acto público (la Nit de Santa Llúcia).



Categorías:CULTURA, MITES NACIONALISTES / MITOLÓGICAS

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