
El genial actor aragonés, considerado como uno de los grandes cómicos españoles del siglo XX, fue un actor formado en los teatros de aficionados de Barcelona. Alternó en sus comienzos los escenarios del Borras y Polirama. Se ganó pronto el cariño del público barcelonés. También formó sociedad con el director de cine catalán D. Ignacio F. Iquino con quien tuvo en común la propiedad del teatro Talia en el Paralelo de Barcelona.
Triunfó en el teatro por sus papeles de hombre sencillo de la calle. A partir de los 60 se hizo famoso y popular en toda España con sus películas. Detrás del hombre que siempre hacía de entrañable cateto había un gran actor que se hizo famoso en Barcelona, ciudad que le dio todo a nivel profesional.

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