Esto de los logos, da mucho de sí. Michas órdenes religiosas, cuyo carisma fundacional era el Sagrado Corazón, han caído en la trampa del «logo», impidiendo que lo que representa el Sagrado Corazón se exprese por sí mismo. Pero además tiene un problema añadido, se puede confundir con los de Podemos.

Estos, que son más materialistas que un átomo, no tienen reparos en ofrecer al público símbolos como el corazón. Una decisión arbitraria, pues ya puestos podrían poner un riñón. Pero ya se sabe que el materialismo dialéctico es complicado.

A lo que vamos si unos y otros juegan a lo melifluo y hortera, al final los logos casi coinciden. ¡Cosas del marketing!

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