
Las grandes patronales y las 13 cámaras de comercio catalanas se sublevaron contra el anteproyecto de ley de Cámaras que la Generalitat puso sobre la mesa hace un mes. La causa es el centralismo de la propuesta, y tiene su origen en el anterior gobierno catalán y su intención de tomar el control de las cámaras.
Con el beneplácito de Artur Mas y la complicidad de sectores empresariales cercanos a sus tesis independentistas, el ex conseller Felip Puig hizo un anteproyecto que quitaba poder a las cámaras territoriales y con un organismo central, la Cámara General de Cataluña, como centro de decisión.
La conspiración nació de la voluntad de Mas y Puig, seguida ahora por Puigdemont y Baiget, de crear «estructuras de Estado» en el mundo de la empresa. Ante las dificultades para internacionalizar el proceso independentista, pensaron en una gran cámara catalana, a imagen y semejanza de la Cámara de Comercio de España, que tuviera entidad para ir por el mundo representando a Cataluña.
Los intereses de Femcat
Detrás de todo, hay otros intereses ocultos, lo de la patronal nacionalista Femcat. Esta organización tenía su propio informe, que hizo llegar a Puig y en el que se basó parte importante del redactado final del anteproyecto de ley.
Femcat está presidida por Ramon Carbonell, empresario de energías renovables que pertenece a la familia de la constructora Copcisa, y cuenta en su patronato con empresarios cercanos a Convergència: sin ir más lejos, sus ex presidentes Joaquim Boixareu (Irestal), Miquel Martí (Moventia) o Carles Sumarroca (imputado por el 3%). Con esta operación pretendían ganar poder en el seno de estas organizaciones.
Femcat también intentó tomar el control de la principal patronal catalana, Foment del Treball. Fue en 2010, cuando Joaquim Boixareu se presentó a las elecciones de la organización contra Juan Rosell. El actual presidente de la CEOE ganó cómodamente con el apoyo de última hora de Cecot.
Rosell eligió a Joaquim Gay de Montellà como su sucesor cuando dio el salto a la CEOE y así garantizó frenar la entrada de los nacionalistas. Mas fue demasiado listo y frenó el proyecto al acercarse elecciones para no enfrentarse a las cámaras y patronales. Pero el descerebrado de Puigdemont se ha echado al monte y ya le empiezan a picar los cardos.
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Gilipollas se escribe con «LL». Un poco de ortografía no viene mal
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No soy perfecto.
Me da que pensar que de este nuevo ataque independentista solo te interese mi ortografía.
orthographia ?
ὀρθογραφία ?
قواعد الاملاء؟
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¿Sabes quienes son los que tienen sentido común en cualquier país?
Los comerciantes.
Porque si venden, tienen razón; si no venden, no la tienen.
El el mercado el que les dice si son realistas no.
Y el resultado puede ser ganar dinero (o, mejor, mucho dinero),
o arruinarse y quebrarse; y entonces es la realidad la que te dice con hechos que te has equivocado.
Los políticos, los funcionarios, los chupópteros de la ceja…no viven en el mundo real: viven de los impuestos que sacan a la ciudadanía (entre ellos a los comerciantes), trabajen o se toquen las narices.
Pues, bien, los políticos envenenados por Pujol, están forzando a todo el mundo a creer que la tierra es plana y que el dinero crece en los árboles (o mejor, que aparece por arte de magia en tu cuenta corriente de Banco)
Ahora, en su afán de destruir la estructura industrial de Cataluña, les ha tocado el turno a las Cámaras de Comercio,
Y visto lo que ha pasado en el país, hoy serán pujolistas, mañana serán de la ¡CUP, de PODEMOS, y de la Colau!
-eso, sí: todos chupando de los tenderos con buenos sueldazos, que se puede ser marxista y antisistema, pero no gilipoyas-
O lo que dicen algunos:
«lo cortés no quita lo valiente»
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