El 11 de septiembre, todo separatista se quiere autodeterminar. Unos quieren ser berenjena lésbico, otros camaleón transexual, e incluso algunos -contradiciendo a Darwin- quieren autodeterminarse en una regresión animal y se van quedando en «pilots».
Los organizadores de la Diada que ya saben mucho tras cinco independencias consecutivas, este año, ante la previsión de despelote masivo, repartieron huevos fritos, para que los más radicales pudieran reemplazar sus partes pudientes por otros artificiales (como la independencia).

Aquí un señor que no quiso engañar a nadie. Como estaba haciendo el payaso de colocó una nariz de payaso. Pero se olvidó el resto del atrezzo.

Aquí, el último militante de demócrata cristiano, intentando desfacer el entuerto.
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