
Lo más llamativo de la historia de Carcaño en la cárcel es que recibe abundante correspondencia. Y no precisamente de su familia y amigos. Miguel tiene admiradoras que le envían cartas de manera regular. En ellas expresan su admiración y le dan ánimos para superar el trance por el que está pasando. Muchas de ellas, además, también le ofrecen apoyo económico. El joven es el destinatario de giros postales con dinero de sus ‘fans’, como ellas se denominan.
Este fenómeno de admiradoras de asesinos ocurre en Estados Unidos frecuentemente. Que llegue aquí es más que preocupante.
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Me pinchan y no me sale sangre. Estoy más que perplejo.
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La gente no sabe distinguir la realidad de la ficcion.
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