Tarragona, tras el sitio del francés en la Guerra de la Independencia. La noche del 18 al 19 de agosto, coincidiendo con la festividad del Sant Magí, las tropas francesas abandonaban la Ciudad, no sin antes proceder a la voladura de sus principales
edificios y fortificaciones.

De todos es conocida la tradición de la intervención milagrosa del Santo, al apagar por tres veces la mecha que tenía que hacer volar el baluarte y torre de Sant Magí con la capilla del Santo que estaba en su interior. El canónigo Huyà nos lo relata detalladamente en un texto en el que explica la evacuación de Tarragona de las pocas personas que quedaban en agosto de 1813, su regreso y la triste visión de una Tarragona destruida en gran parte.

En este relato nos cuenta el hecho que dio origen a la tradición del milagro del Santo, expone muy detalladamente el hecho, y concluye «Los devotos que juzguen.» Un cuadro de Joan Bonet, de 1815, conmemora el hecho. Sobre el baluarte puede verse la bandera española.

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