MANIFESTACIONES CONTRA LOS CRUCEROS DEL PUERTO.

Los que vivimos en Barcelona, somos los primeros en estar hasta el gorro del turismo de masas, el turismo nudista, el gay, el de los “sinpapeles”, el de los erasmus, … Añoramos nuestra ciudad industriosa, con ruido laborioso (no el de las borracheras nocturnas), en la que se podía aparcar para descargar sin tener que pagar, donde la urbana hacía la vista gorda, pues sabía que lo importante era que prosperase la ciudad. En fin, añoramos una ciudad donde los que iban en bicicleta eran los niños, no la mitad de ocupas que vive de los que nos deslomamos trabajando.

Pero los burguesitos como Maragall, decidieron que Barcelona tenía que ser un ciudad chupy-guay. Y todo empezó a cambiar. Fuera talleres, adentro hoteles. De la capital laboriosa se pasó a la capital del ocio y el desmadre. Hundieron nuestra productiva Barcelona para convertirla en un recolector de extravagantes habitantes, visitantes y paseantes.

Ahora, los sucesores lógicos de la burguesía-pija, los revolucionarios cutres como la Colau, quieren eliminar el turismo de masas. Nos parece bien, pero no hay plan B. Nada de reindustrialización, nada de alternativas, sólo eliminar la única fuente seria de ingresos que tiene la ciudad. No sé por qué la Izquierda se empeña en arruinarlo todo. Es un misterio.

La Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible (ABTS) celebró hace dos días una manifestación a favor de la municipalización del Port Vell y en contra de la “invasión” de los cruceros. La asamblea ha expuesto una serie de factores por los que considera que la llegada de cruceros supone una seria amenaza para la salud pública, debido a la gran cantidad de residuos y emisiones contaminantes que generan.

Nos parece todo muy bien, pero sólo pedimos que, para compensar la pérdida económica cuando se prohíba este turismo, entonces se pongan a trabajar todos los que viven subvencionados en las casa okupas. Digo yo.

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