
Muchas gradas quedaron vacías.
La ANC (Asamblea Nacional Catalana), otrora poderoso motor del «prucés» independentista, está en horas bajas.
Falta de dinero (subvenciones), falta de afiliados, falta de liderazgo, han llevado a la ANC a una lenta pero imparable decadencia.
El pasado domingo celebraron una Asamblea en Manresa con la asistencia de 2.241 personas del total de 34.600 socios que tiene la entidad.
Jordi Sánchez, el aburrido presidente de la ANC, tenía su peculiar visión: «No estamos ni arruinados, ni fatigados ni divididos», afirmó. Pero en las cuestiones que se votaron se palpaba la división que refleja la de los partidos políticos que intentan controlar la ANC: CDC, ERC y CUP.
Sabedores de que ya no podrán movilizar masas el próximo 11 de septiembre, acordaron que celebrarían cinco actos repartidos por la geografía catalana.
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¿POR QUÉ NO PUBLICAIS QUIEN ES QUIEN POR COMARCA?
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