Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, ha desatado la polémica al tratar la festividad de la Navidad como el solsticio de invierno.
«¡Ven a celebrar el solsticio de invierno!», comienza a describir la web dedicada por el ayuntamiento a estas fiestas. «La plaza de Catalunya se convierte en el centro de una Navidad diferente«, afirma en una de sus primeras menciones.
Con tanto cambio, incluso de peinado, puede acabar como el Conde Drácula, cuyo peinado parece ir asimilando. Para neopaganos ya tenemos muchos. Señora Cola-cau, usted no puede cambiar la Navidad. Es la Navidad la que nos cambia a los hombres. Cuando usted haya desaparecido de la memoria de los barceloneses, en pocas décadas, se seguirá celebrando la Navidad. No juegue a diosa, que todos somos humanos.
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como ateo desde que tengo uso de razón (tengo 69 años), la Navidad es el embudo por el que pasamos los no religiosos, y no podemos ( no nos dejan) decir lo que pensamos porque nos llueven los insultos por los pretendidos cristianos de buena fe. SOBRE EL SOLSTICIO DE INVIERNO:
Esta costumbre se remonta a las saturnales romanas, en las que el culto al Sol tenía un papel predominante y que se celebraban entre el 17 y el 24 le diciembre, durante el solsticio de invierno. A lo largo de dichas fiestas en honor a Saturno, todos los papeles de la sociedad romana se invertían: los esclavos se convenían en amos y éstos quedaban a su servicio. Se autorizaban todos los excesos y libertinajes. Finalmente, los participantes en estas saturnales se ofrecían regalos el 25 de diciembre, celebrando así el primer día del año
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