Las promesas de la Alcaldesa de Barcelona a los manteros, han quedado en un brindis al sol. Paradójicamente ahora se sienten más reprimidos y acosados que antes de la llegada de la «gran promesa blanca». Ahora entre ellos intenta organizarse, pero cada grupo habla su lengua y no hay forma de entenderse.
Desde los incidentes de septiembre y las posteriores manifestaciones la venta ambulante del centro de la ciudad se había centrado en la zona del puerto de la ciudad, con cada vez más intensidad, según los vendedores, porque la Guardia Urbana enviaba ahí a manteros de otros puntos de la ciudad. Mientras el ayuntamiento busca una respuesta social a una situación que, aseguran, no es un problema de orden público sino de «precariedad vital» de personas que no tienen otra alternativa. Sin embargo, desde el pasado 9 de noviembre un despliegue conjunto de la Guardia Urbana, la Policía Portuaria y los Mossos d’Esquadra impide que desplieguen sus mantas, y por si la presencia policial no fuera suficientemente disuasoria, un camión cisterna moja el suelo de la zona varias veces durante el día.
Ante estas presión, el lunes se manifestaron por el centro de la ciudad exigiendo respuestas y el miércoles celebraron una asamblea del sindicato. Cerca de 100 manteros buscaban soluciones en una asamblea multilingüe, donde los africanos hablaban en wólof, los indoasiáticos en urdu y un pequeño grupo de activistas que les dan apoyo desde el colectivo Tras la Manta en castellano.
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JA JA JA JA JA Fantástico, tendrá que «recolaur» y entonces se encontrará que sus manteros, antidesahucios, okupas, perroflautas etc están decepcionados y los demás bien escaldadaos….
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