Convergència y ERC niegan el derecho a la secesión de un municipio de Barcelona


Bellaterra exige ser independiente del ayuntamiento de Sardañola del Vallés pero los partidos nacionalistas lo impidieron en pleno

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Manifestación por el derecho a decidir en Bellaterra

El pasado mes de septiembre los vecinos de esta localidad de 3.000 habitantes votaron una consulta donde los partidarios de la “independencia” ganaron por goleado.

Con una participación del 54%, el ‘sí’ consiguió el 94% de los apoyos para ser un municipio independiente. Una decisión que, según los impulsores, beneficiaría económicamente y estructuralmente a los vecinos.

Convergència y Esquerra votaron en contra

Pese a este resultado, en el ayuntamiento de Sardañola del Vallés no consiguieron el apoyo de las formaciones locales. Curiosamente, tampoco de los independistas.

Los constitucionalistas Ciudadanos, PSC junto con los nacionalistasConvergència, Esquerra, Compromís i Iniciativa Verds votaron en contra de la segregación de esta localidad.

Curiosamente, la única formación que voto a favor de esta separación de localidades fue el Partido Popular que defendió el derecho de estos vecinos y se comprometió a llevar su reivindicación al Parlamento catalán.

Esta situación indignó a los vecinos que ofrecieron realizar otra consulta para someter a votación un nuevo convenio con el ayuntamiento. Algo que no aceptaron en el consistorio.



Categorías:MITES NACIONALISTES / MITOLÓGICAS

3 respuestas

  1. No amigo angalu, estas en un error, separar ciudades no es lo mismo que dividir estados. Convergencia separo Vilaseca de Salou por intereses partidistas, pero el resultado es positivo para Sajoy.
    Lo desconcertante (o no tanto) es lo del PSC y Cs

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  2. A mi me parece que votar a favor de Bellaterra por parte del PP ha sido un gran error. No se puede estar a favor de ninguna separación. Puede ser utilizada por los independentistas que para eso son maestros retorticeros. ¡Ojo con los resbalones!

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  3. Todo este inmenso circo del «derecho a decidir» es el apaño de un puñado de ladrones y totalitarios sin escrúpulos ni moral alguna que desea construirse su estado. La mayoría, los tontos útiles, al cuerno y a pagar las consecuencias. Sólo esa nomenclatura elige, mientras finge que la gente «lo pide», que es «democrático», que surge de «la base». Cuando surge una iniciativa no dictada por esa dictatorial caterva, lo vetan al segundo. Lo increíble es que tanta gente se lo haya tragado, demostrando su infantil y supina ignorancia del funcionamiento de la política y la economía modernas, y lo más grave, mostrando su ingenuidad ante la catadura inmoral de esos líderes.

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