DOSSIER HISPANIDAD: «La catalanidad Hispánica»


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«Catalanitat és Hispanitat» 

«Ara nun diran mendi maiteak,
ara, nun diran zelaiak
baserri eder, zuri-zuriak,
iturri eta ibaiak.
Ara, España; lur obekiran
Ez da Europa guztian». 


«Allá están nuestras amadas montañas, aquí están nuestros amados valles, los hermosos caseríos blancos, y las fuentes y los ríos. Esto es España, no hay tierra mejor en toda Europa». 

Poesía del gran escritor vasco, hispano y euskaldún, Iparraguirre. 


«…la major part dels castellans gossen dir públicament que aquesta nostra província (Catalunya) no és Espanya i que per ço nosaltres no som verdaders espanyols: no mirant, los pecadors benaventurats, quan ignorants són i quan cegos d’enveja i malícia van, que aquesta província no sols és Espanya, mas és la millor d’Espanya»

Cristòfor Despuig. Recogido en el libro Coloquis de Tortosa, 1547. Despuig es el máximo exponente de la literatura catalana del siglo XVI. Actualmente despreciado por su postura catalanista  hispánica. 

 

Queremos comenzar con una poesía en euskera y una frase en catalán, para reivindicar que el término de Hispanidad no es patrimonio exclusivo de Castilla. La España que hasta el momento han defendido los grupos políticos «nacionales», de derechas o de izquierdas, nada tiene que ver con la España real. La usurpación del concepto «España» que se inició a partir de la llegada de los borbones y finaliza con la constitución de las Cortes de Cádiz (el uniformismo ilustrado aplicado a todas las Españas) va en contra del propio criterio de Hispanidad, es decir, del hermanamiento de todos los pueblos que forman la Península Ibérica, respetando su propia idiosincrasia, cultura y formas de pensar, pero con el ánimo claro en la unidad del territorio hispánico. descarga (7)
La España castellana por su peso político y militar se convierte de facto en la única representación política de la Hispanidad, y desdibuja al resto de culturas hispánicas de su alrededor: la cultura catalana, la vasca y la galaico-portuguesa. Desde el Decreto de Nueva Planta de Felipe V hasta la victoria de las corrientes estatistas tras la Guerra civil, no son más que manifestaciones que ponen al descubierto la voluntad de aplastar la reivindicación hispánica de Catalunya, que no es que sea más hispánica que la castellana, sino que es diferente. 
Que hoy un hispanista reivindique que Catalunya es una nacionalidad, no ha de sorprender. Así lo hicieron pensadores tradicionalistas como Vázquez de Mella. Y nosotros igualmente lo reivindicamos, Catalunya es una nacionalidad, nación cultural que abarca un territorio extenso a lo largo del Mediterráneo dentro de la nación política que es España. Otra cosa es la manipulación y perversión que el nacionalismo ha otorgado al viejo concepto de nacionalisdad, antaño sinónimo de regionalismo. 

descarga (8)Pero, ¿qué es la Hispanidad catalana? ¿Cuándo los catalanes podemos sentirnos integrados en España? ¿Nos han dejado los ilustrados jacobinos sentirnos españoles? ¿Somos, o no somos, hispanos los catalanes? Muchas de estas preguntas flotan en el aire ante la ofensiva que el nacionalismo convergente, estrecho y antihispánico, que golpea con una dureza inusitada nuestras conciencias hispanas, intentando romper todo vínculo nuestros pueblos hermanos de las Españas y del mismo sentir hispánico. 

Probablemente habría quien escuchando la reivindicación de que Catalunya es una nacionalidad o región o la reivindicación de la lengua catalana como una lengua española con todos sus derechos a la supervivencia,  pensaría que quien así se expresa no es más que un «rojo separatista», según la jerga que desgraciadamente triunfó en su momento. Pues nada de eso. Quien mejor ha de reivindicar los pilares básicos de la Hispanidad, somos precisamente los representantes de la catalanidad hispànica. Mucho terreno hemos abandonado ya en manos de los que odian a España, de separadores y separatistas, que de todo hay, para dejarnos arrebatar la catalanidad. Hemos de gritar bien fuerte que ¡Catalanidad es Hispanidad!. 

¿Qué es la hispanidad catalana?

El concepto de Hispanidad bebe de las obras de Ramiro de Maeztu (Defensa de la Hispanidad), García Morente (Ideal de la Hispanidad) o del padre Torró (Filosofía de la Hispanidad), entre otros. Este concepto de Hispanidad reivindica el reconocimiento y la exaltación de los valores hispanos que se proyectan universalmente a otros pueblos; es decir, la exaltación de la gesta hispana (que no exclusivamente castellana) de la conquista de América. El nacionsliamos español, al sustituir el concepto de Hispanidad, diluyó pilares fundamentales para comprender la verdadera hispanidad: ¿Y los valores catalanes?, ¿y la cultura catalana?, ¿y la lengua catalana, vasca o gallega? La Hispanidad no puede limitarse a una mera exaltación de los valores y las virtudes de la cultura y la lengua castellana. La falsa dialéctica del nacionalismo español-catalán, posiciona contra natura a muchos catalanes a plantearse: ¿nos podemos sentir, por tanto, españoles los que no tenemos el castellano como lengua materna? ¿Somos españoles quienes no somos castellanos? Debemos recordar aquellos versos patrióticos de Joan Maragall:


«Escolta Espanya la veu d’un fill
que et parla en llengua no castellana
parlo en la llengua que m’ha donat
la terra aspra .
en aquesta llengua pocs t’han parlat;
en l’altre, massa…» 

Joan Maragall, «Oda a Espanya», dentro dels «Tres cants de guerra, 1898».

Por tanto, aun que los admiramos, no somos castellanos, porque no podemos serlo. Como no lo podían ser Critòfor Despuig, ni Iparraguirre, ni los luchadores del Terç de Nostra Senyora de Montserrat, ni Maragall, ni Rosalía de Castro, ni Salvador Dalí, ni Baroja, ni Camoens, ni ningún catalán, ni vasco, ni gallego, ni portugués. Sin embargo, sin ser castellanos, su españolidad está en ellos fuera de toda duda. La Hispanidad que defendemos no una Hispanidad uniforme y unívoca. La Hispanidad que queremos celebrar es la posibilidad de que en la gran y rica diversidad de pueblos, razas y lenguas, lata un universal común. Una paradoja histórica es que Castilla, la que con más energía participó en la construcción de la Hispanidad, sea la que más se ha permeabilizado con el concepto moderno de nacionalismo español.

covadonga-catalana2Por el contrario, Cataluña, la verdadera Cataluña fue fiel a sus raíces hispanas, ha sido golpeada duramente por el nacionalismo y, resabiada, está dispuesta a reencontrar y mostrar al resto de pueblos de España lo que significa la Hispanidad. En definitiva, tenemos la necesidad y la voluntad de sentirnos hispanos, desde una forma diferente de sentirse castellano, pero a la vez, con una firme voluntad de hermanamiento con todos los pueblos de España, porque no somos castellanos, pero amamos Castilla, con el mismo ardor que deseamos que Castilla ame a Catalunya. Para nosotros, la catalanidad, por tanto, es la forma de sentirse plenamente español y catalán, formando parte de una misma empresa espiritual, libremente juntos con los restantes pueblos de España. Aquí, hacemos nuestras las palabras de Joan Cortada, cuando afirma: 

 


«¿Qué es Cataluña? ¿Qué somos los catalanes? ¿Qué papel representamos en la familia española? … los catalanes nos sentimos hermanos del resto de los españoles y deseosos de unirnos en la nación española … es difícil, si no imposible, hallar en nuestros tiempos una nación compuesta de elementos tan heterogéneos como la española». 

Joan Cortada. Cataluña y los catalanes, 1860.

 

¿Cuándo los catalanes podemos sentirnos integrados en España? 
La respuesta no es fácil, pues se hace evidente que el concepto de pertenecer a una realidad política o cultural arranca de una época relativamente moderna, como diría la profesora Núria Sales«…peró si bé no te gaire solta de parlar de l’espanya d’aleshores com d’un Estat en el sentit modern de la paraula, no en tindria gaire més parlar-ne en el cas del Principat de Catalunya o del conjunt dels països catalans o de la Corona d’Aragó, ja que no eren tampoc Estats en el sentit actual de l’expressió… Els catalans d’aleshores, d’un cantó o de l’altre, utilitzaven sense complexos i amb profussió les expressions monarquía espanyola, rei de las Espanyas, nació catalana (nació en sentit de l’actual paraula poble)…» 
Núria Sales. Els Botiflers (1705-1714) 

El mismo origen del nombre de «España» es motivo de conflicto entre los especialistas, desde los que defienden el bautizo romano de la és Hispanitat Península a partir del nombre de la ciudad de Híspalis (Sevilla), hasta las teorías más recientes que dicen que proviene del nombre que los fenicios dieron a la tierra que acababan de descubrir, «Isa panin» (tierra de conejos) desembarcaron en la actual provincia de Girona. Los catalanes no existían, pero ya éramos hispanos. 

 

«…con razón calificó de «missegetes» o «mezclados» Hecateo a los pueblos que habitaban Catalunyal. Los cráneos encontrados en los sepulcros prehistóricos de la región atestiguan la realidad de tal aserto. En esos pueblos y en su cultura habían venido a confluir todas las etnicas y todas las civilizaciones que habían llegado un día a la Península. Las raíces de Catalunya no remontan por tanto a ninguna singularidad racial o espiritual de misteriosas edad prehistóricas, como no se quiera ver una singularidad en ese resumir, mezclar y aunar las culturas y las razas todas de Hispania».
Giralt i Nadal.
Citado por Vicens Vives en Historia Económica y por Pierre Vilar en Catalunya dins l’Espanya Moderna. 

Lo cierto es que la primera documentación que tenemos refiriéndose a Catalunya con un nombre hispánico, se produce en el año 206 a.C., cuando las tropas romanas dividen administrativamente el territorio conquistado entre Hispania Citerior e Hispania Ulterior. El año 19 d.C., la Península Ibérica se divide en tres regiones administrativas, en que se incluye a la Hispania Tarraconense, que coincide con la antigua Corona de Aragón. No se pretende hacer un recorrido histórico sobre los hechos sucesivos, de conquistas y batallas, pero sí evocar la primera fecha donde la antigua Hispania se convierte en reino unificado. Se trata del año 589, cuando Recaredo se convierte al catolicismo en Toledo (Concilio de las diócesis Hispánicas) y de paso proclama la unidad de las diócesis religiosas. En este momento podríamos fechas la antigua unidad española, a través de la institución monárquica y a través de la Iglesia. 

La conquista musulmana marca una inflexión en la unidad cultural que podríamos suponer hasta entonces, todo y la multitud de pueblos que conformaban las gentes visigótica y el substrato de nativos existente no romanizados hasta entonces (básicamente vascos, los antiguos pobladores de toda la península Ibérica). La presencia de musulmanes en las diferentes tierras españolas supondrá una clara diferenciación en el devenir cultural de los pueblos de España. Los invasores provenientes de la península arábiga estarán relativamente poco tiempo en Catalunya, el anhelo de la reconquista será fuerte y en este momento aparece el primer patriota hispano del que tenemos noticias en Catalunya. Se trata de Félix de Sant Serni de Tavèrnolas, obispo de Urgell que, aunque adopcionista, proponía la unidad de la Hispania goda delante de las anexiones de los francos). images (7)

La conquista franca llevará a establecer un territorio de frontera, que llamaremos «Marca Hispánica», la zona que actualmente coincide con «Catalunya vella». A partir de entonces, se producirán los hecho ya conocidos por todos con el establecimiento de los diferentes «comtats» (condados) en Catalunya, que se irán independizando del poder franco, a la vez que se fusionan con el Condado de Barcelona y éste con la Corona de Aragón. La expansión de los Reyes aragoneses por el Mediterráneo será el complemento ideal de Castilla que se expandirá hacia el interior de la Península. Todos los reyes que conformaban las «Españas» se sentían plenamente solidarios y conscientes de formar un solo pueblo, desde su propia diversidad, como así lo demostraron en la batalla de las Navas de Tolosa. Los mismos cronistas de lsa gestas de Catalunya nunca ocultaron su condición de catalanes y a su vez de españoles, como así lo manifiesta Vicens Vives: 

 

«…ningún cronista dudó nunca de utilizar los nombres España y español en sentido geográfico, histórico o político, y así es bien cierto que puede considerarse la primera pretensión de un dominio universal de España la frase de Muntaner si aquests quatre reis que ell anomenà d’Espanya, qui són una carn e una sang, se tenguessen ensems, pocs dubtaren e preparen tot l’altre poder del món…» 

Jaume Vicens Vives. Noticias de Catalunya. 

El compromiso de Caspe (adquirido por los propios catalanes), la conquista de América (la empresa más grande emprendida jamás por pueblo alguno), la aceptación de las uniones dinásticas o los compromisos, incluso bélicos, en los cambios dinásticos, en definitiva, la historia moderna y contemporánea que han marcado el destino de nuestro pueblo, hace evidente que los catalanes hace muchos siglos que somos y nos sentimos españoles. 

 

¿Nos han dejado los Castellanos sentirnos españoles? 

«No hay más que una lengua oficial, como hay más que un escudo, como no hay más que una nación, como no hay más que una bandera».
Hermenegildo Giner de los Ríos. Congreso de los Diputados, 1916. 

«Hay que castellanizar a Cataluña… Hay que pensar en español, hablar en español y conducirse como español, y esto de grado o por fuerza. El soldado y marinero catalán deben ir a servir a otras regiones de España para frecuentar otro trato y adquirir otros hábitos y costumbres. De brusco, insubordinado, soez y grosero como es en general el catalán se volverá amable y educado…».

Extracto del periódico Ejército y Armada (1906). 


Estas dos citas pueden reflejar de buen grado cual ha sido el sentimiento de dominio que ha tenido el espíritu jacobino que inspiraba la construcción de un estado liberal, centralizado y uniformizador, sobre el concepto «español» e «hispano». Estaba en clara contraposición al sentimiento catalán que el nacionalismo catalanista aprovechó para generar sentimientos anticastellanos, y por extensión antiespañoles. 

El «nacionalismo» español de los últimos siglos se ha querido confundir y mimetizar con «la épica nobleza castellana» que dice la canción del Cuerpo de Infantería del Ejército. Pero curiosamente el 23 de julio de 1998, el Catedrático de la Facultad de Historia de Barcelona, el Dr. Ucelay, hacía unas manifestaciones en el rotativo La Vanguardia donde reivindicaba que el Hispanismo tiene una clara raíz en el catalanismo. La Conquista de América fue muchas veces reivindicada como un hecho exclusivo de Castilla, con la colaboración entusiasta de los euskaldunes. Es cierto que quien llevó el peso de la Conquista y colonización fueron hombres y mujeres de Castilla, pero no podemos olvidar el importante protagonismo de las gentes de Catalunya


«… ni les Canàries foren només descobertes pe castellans… ni haurà mallorquins i altra gent d’origen catalano-aragonesa a la conquesta i colonització de Canàries a les darreries del segle XV… com significativa és la intervenció d’oficials de la corona d’Aragó en l’acceptació dels projectes de colom, del consmògraf Jaume Ferrer de Blanes… de Ramón Panè, company de Colom en el seu segon viatge… com company de colom també en seu segon viatge és Pere Margarit… la mateixa rebuda a Barcelona el 1493 que els reis Catòlics feren a colom… el nom d’Hispaniola donat a una de les illes descobertes, el de Montserrat a una altra… figures com la de Joan d’Espés, que signa unes cpaitulacions amb Carles V per l’establiment d’una «Nova Andalusia», la de Joan Grau d’Agramunt amb qui Ferran II tractà el 1511 pel que a una «Terra Nova», la de Joan Grau de Toloriu company i lloctinent d’Hernán Cortés, Bartolomeu Ferer cap d’expedició a Tehuanpetec fins al futur Oregón… Jaume Rasquí autor del projecte d’expedició al Riu de la Plata els anys 1550, Miquel de Rifós, Joan Calvet, Antoni Torres…».
Núria Sales. Historia de Catalunya. Volum IV, capítol Guerra i pau a la Catalunya del segle XVI. 

 

«… la colonització indiana és de totes les nacionalitats espanyoles: d totes elles són els missioners, soldats i egociants que lluiten, descobreixen, governen funden i poblen: diguem-ho amb els seus mots: el descobriment d’Amèrica esdevingué aliansa i base d’interés comú, contribuint poderosament a la unitat d’Espanya. I no en va colom anomenà «Hispaniola» (i no «Castellana») la primera illa ocupada. En fer-ho, i ho sabés o no, deixà imprés en el descobriment d’Amèrica el segell de consagració de la unitat d’Espanya… els americans parlen la nostra llengua, comparteixen amb nosaltres la nissaga i la història, tenen les nostres virtuts, els nostres defectes, les mateixes passions, les mateixes alteses d’esperit, potser també les mateixes arravatades. Són germans nostres…». 

Conferència de Victor Balaguer el 1892. Citado en Els Catalans a les Indies. Josep Mª Bernades, 1992. Comissió Amèrica i Catalunya. 


¿Somos o no somos Hispanos los catalanes? 


descarga (10)Actualmente el pueblo catalán, como otros pueblos de España, influido por el romanticismo decimonónico, tuvo que inventar una historia propia, en sus orígenes sin voluntad secesionista, sino sólo como una necesidad de autoafirmación. Con la pérdida de las colonias de América, el sentimiento catalanista se transformó en frustración colectiva, convenientemente manipulada por una burguesía desencantada con los gobiernos de Madrid. El Catalanismo originalmente fue una manifestación, quizá la más grande, de transformar y regenerar España. Fue explícitamente una llamada al regeneracionismo frente a un Estado liberal decimonónico totalmente anquilosado y fracasado. 


«El Catalanisme… es definí per quatre reaccions concretes. Primer, el sentiment que Catalunya era formada per una estructura social específica… sentiment de la vigència d’un dret i uns constums propis, d’una parla diferenciada, del record d’unes institucions de govern autònomes… Segon, la comprovació que l’Estat Espanyol que substituí l’antic règim mancava de lligams interns i d’una missió externa… Tercer, l’experiència que l’Estat Liberal jacobí, al qual Catalunya havia sacrificat tantes il.lusions, era un sistema de govern ineficaç i enervant. I quart, admetre la corrupció com a sistema normal de funcinament de la màquina administrativa espanyola…
Per a Almiral el catalanisme era un instrument d’acció que comportava, malgrat totes les vexacions que sofria Catalunya, l’únic remei a la salvació col.lectiva d’Espanya. No, ell no era un regionalista de tipus arqueològic, que només tenia ulls per esguardar un passat imposible de restaurar, ell era un «Catalanista regionalista», perque Catalunya mirava cap a l’esdevenidor i sentia l’afany de regenerar-se… i rebutjant el separatisme, propugnava la unió amb Castella, unió de llibertat vitalitzada i no d’uniformisme esllanguidor…». 

Vicens Vives. Industrials i polítics. Capítol III, 1958


Para concluir, decir que los catalanes somos españoles, pero quisiera poner en boca de sus máximos representantes del llamado «Catalanismo político», este doble sentimiento: 


«El separatisme és una malaltia tan vuitcentista com el nacionalisme i el centralisme. És una malura de la qual no cal gairabe preocupar-se; es va extingir tota sola, com a un microbi que ha perdut la virulència…
…Catalanizar Catalunya no vol dir, per tant, restar alguna cosa d’España. Vol dir el contrari: sumar-li alguna cosa. Vol dir fer l’España gran, i fer-la digna d’incorporar-se sense mumuris, reticències, o reserves, a una gran Europa»

Josep Ferrater i Mora. Catalanització de Catalunya, 1960.
«…Així, el nacionalisme català, que mai ha estat separatista, que sempre ha sentit la unió fraternal de les nacionalitats ibériques dins de l’organització federativa…»
«…és hora de treballar per reunir a tots el pobles ibérics, desde Lisboa a Ródano, dins d’un sol Estat, d’un sol Imperi, i així les nacionalitats espanyoles renaixents sabran fer trionfar aquest ideal…»

Enric Prat de la Riba. La Nacionalitat Catalana, 1906.
«Volem ser una de tantas estrellas de la bandera de España, si las altras regions volen ser estrelles com nosaltres, o bé una sola estrella al mitj de la bandera roja y gualda que, amb los resplandors de Pavia i Lepant y’l Bruch y Girona, esborri’ls incendis de la guerra dels segadors y las ruinas d’hont caigué ferit nostre últim coneller, espurnejat ab sa sang los plechs de la gloriosa bandera de la nostra pàtria».
Federic Soler «Pitarra».
  
Discurso de presentación del Centre Català el 28 d’Abril de 1890.
«…els enemics que hem de combatre son los separatistes, los que dihuen que Catalunya ha de formar una nació independent y, amb auquesta exageració, fan la guerra al nostre catalanisme, que vol que Catalunya tinga personalitat y autonomía dins d’Espanya». 
Manuel de Lasarte. Discurso de presentación del Centre català el 8 d’Abril de 1890.

Que estas líneas nos ayuden a reflexionar para no caer en las trampas dialécticas del nacionalismo se del tinte que sea.

¡Catalanitat és Hispanitat!

 

 



Categorías:DOCUMENTS / PREMSA

4 respuestas

  1. Discrepo en un punto y es cuando se presenta al catalanismo separatista como una reacción un aplastamiento por parte de Castilla y se cita dos textos de los cuales el mas antiguo es de 1906. Pero el separatismo es bastante anterior. Ya desde antes de la perdida de Cuba autores como Prat de La Riba escriben consideraciones racistas (el cerebro afectado por la altura, mezcla con semitas) o propugnan crear odio entre catalanes y «mesetarios» como medio de alcanzar la independencia. Y sacaron todo el provecho posible al desastre de 1898 alegando que España era un barco que se hunde y que va a arrastrara a Cataluña . Por lo tanto los textos que menciona usted son una reacción torpe al odio y al desprecio que estaban difundiendo los separatistas los caules en 1906 ya no eran cuatro gatos.

    Por lo demás no veo porque España no adoptaría el modelo alemán: hablas en lengua regional con la familia y los amigos, hay cadenas de televisión en lengua regional, esta se se ense&ntildea; en las escuelas pero en la oficina hablas HochDeutsch lo cual permite a un bávaro no tener problemas para trabajar en Hamburgo, (el bávaro o el sajón son mucho menos inteligibles para un Alemán del Norte que el catalán para un castellano) , cuando tratas con la administración lo haces en HochDeutsch (lo cual permite que el destino de los funcionarios solo esté afectado por las necesidades y sus competencias en vez de por el conocimiento de la lengua regional) y las matemáticas son enseñadas en HochDeutsch lo cual permite que en las oposiciones se seleccione a los profesores por sus conocimientos y sus dotes pedagógicas en vez de tener que admitir candidatos inferiores pero que hablan en lengua regional.

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    • Artículo 21.2 de la Constitución alemana:
      «Los partidos que por sus fines o por el comportamiento de sus adherentes tiendan a desvirtuar o eliminar el régimen fundamental de libertad y democracia, o a poner en peligro la existencia de la República Federal de Alemania, son inconstitucionales. Sobre la constitucionalidad decidirá la Corte Constitucional Federal.»
      https://laverdadofende.wordpress.com/2015/10/11/la-infiltracion-comunista-del-15-m-por-fin-documentada-era-dirigida-desde-venezuela/

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    • Respecto al idioma tiene toda la razón del mundo… y así era con el franquismo: toda la administración funcionaba en español, pero a nadie se perseguía por usar otras lenguas en su vida privada ni en su trabajo; hasta premios literarios a libros en catalán.

      Pero la Constitución del estado autonómico ha sido pervertida, y el derecho a hablar español, a usarlo, se ha ido recortan y se ha impuesto la inmersión. Eso es lo que no ha pasado en Alemania.

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      • De hecho ya en la primera mitad de los sesenta y aunque Radio Barcelona emitiese en castellano había radios en catalán. Radio Barcelona tenia un programa titulado «La Voz de la Sardana»., ese baile que nos dicen estaba prohibido. Por ahi por 1965/66 durante la tarde cuando TVE no emitía, había un programa de televisión en catalán llamado Mare Nostrum que era rodado en los estudios de TVE en Barcelona y difundido por su red de repetidores en Cataluña.

        En la hemeroteca del Nodo se pueden encontrar imágenes de la inauguración del Nou Camp con profusion de banderas catalanas en el cesped (donde estaban los organizadores y las autoridades) y eso en presencia de las autoridades.

        Y en la hemeroteca de la Vanguardia he encontrado artículos de los años cuarenta (40) a propósito de publicaciones de libros en catalán y sobre certámenes literarios en catalán. En los años 40 o sea durante el periodo mas duro del régimen y en la Vanguardia, ese periódico que Franco lea todos los días. ,Desgraciadamente perdí el enlace y no puedo decirle si esos artículos eran de la primera o de la segunda mitad de los años 40.

        Por lo demás Serrano Suñer, uno de los mas duros del régimen dijo: «No tenemos nada contra las lenguas regionales porque son una muestra de la riqueza cultural de España pero las combatiremos cuando sean utilizadas como vehículo de separatismo».

        O sea que excepto quizás en un breve periodo de la posguerra civil el catalan nunca estuvo prohibido.

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