El imponente edificio barcelonés de la sede de Gas Natural Fenosa SDG, junto al mar, es ya todo un símbolo arquitectónico de la ciudad. Una estructura imposible en forma de voladizo que desafía, literalmente, la gravedad. Dentro trabajan una buena parte de los 1.568 empleados de la firma en Cataluña. Pero la empresa es cada vez menos catalana y más madrileña. La gran mayoría de sus 7.466 personas en España se encuentra ya en la capital.
La pérdida constante de catalanidad de la empresa, que comenzó en 2009 con la compra de Unión Fenosa, se ha intensificado en el último año y medio, en el que importantes empresas dentro de la matriz han cogido el puente aéreo hacia la capital.
En concreto, desde enero de 2014 han cambiado de sede social de Barcelona a Madrid al menos cuatro trozos importantes de la compañía: el holding que engloba las principales operaciones de los distintos distribuidores regionales (Sevilla, Zaragoza, etc.); la empresa que tiene los activos y el negocio con Latinoamérica; la que agrupa los otros activos internacionales; y la empresa relacionada con el negocio nuclear. Esta última, sin embargo, estaría a punto de ser extinguida en el registro. Sus activos están ya agrupados, según la empresa, en Gas Natural Fenosa Generación, con sede en Barcelona.
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